¿Bastarán por sí solas las estrategias de reducción de emisiones de las economías mundiales para conseguir que el calentamiento global no supere los 2 grados centígrados?
Un proyecto de la Unión Europea se propone respaldar a los responsables de la elaboración de políticas y la toma de decisiones en lo referente a adoptar medidas bien fundamentadas gracias a facilitar que comprendan las consecuencias de diferentes políticas y regímenes climáticos, reduciendo así sus dudas e incrementando su conocimiento al respecto. Hasta la fecha, la labor se ha consagrado a identificar las necesidades de conocimiento y a generarlo a través de recabar y sintetizar información.
Una serie de investigadores se plantean reducir los efectos de los desastres naturales y los peligros meteorológicos inducidos por el cambio climático mediante una mejora en los medios dirigidos al intercambio de conocimientos entre expertos de este sector.
Científicos financiados con fondos europeos crearon tecnologías destinadas a la captura, transporte y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) en formaciones rocosas profundas, una labor que puede contribuir a mitigar el cambio climático.
Un proyecto financiado por la UE llamado PAGE21 tiene el objetivo de comprender las interacciones entre el sistema climático global y el suelo congelado. Su equipo responsable cuantifica el deshielo del permafrost, mide las emisiones de carbono y nitrógeno desde las zonas de permafrost e investiga los efectos de las emisiones sobre el cambio climático.
El calentamiento global puede tener un efecto de gran alcance en Europa y en el resto del planeta. Una iniciativa financiada por la UE está identificando y cuantificando los efectos de un entorno cambiante y las mejores prácticas para hacerles frente.
Auspiciados por un proyecto financiado por la UE, un equipo de investigadores está trabajando en hallar métodos para almacenar residuos nucleares bajo tierra y sellarlos con obturadores especializados. Si el proyecto tiene éxito, los primeros repositorios geológicos permanentes podrían operar en Europa a partir del año 2025.
A pesar de su belleza y biodiversidad, los arrecifes de coral son ecosistemas frágiles que están bajo una amenaza creciente debido a las actividades humanas y al cambio climático. Por ello, investigadores de la UE están ayudando a reforzar la capacidad de los países del Caribe para preservar y proteger sus arrecifes.
El ámbito de la depuración de agua podría verse revolucionado por una planta energéticamente autosuficiente de tratamiento de aguas residuales procedentes del sector de los lácteos.
En un intento de transformar a Europa en una economía ecológica, varias partes implicadas han creado indicadores de progreso. A fin de facilitar esta transición, los artífices de una iniciativa comunitaria estudian instrumentos de evaluación del crecimiento verde y el desarrollo sostenible.
Los impactos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas, sequías prolongadas y precipitaciones extremas, se espera que afecten a muchas áreas, incluyendo zonas de montaña. Un amplio consorcio desarrolló modelos avanzados para cuantificar y predecir las consecuencias del cambio climático, sobre todo en las aguas superficiales.
Los metales denominados tierras raras tienen propiedades electrónicas y magnéticas particulares que los hacen un componente esencial de muchos de los dispositivos electrónicos de alta tecnología actuales, pero su reciclaje sigue presentando muchos problemas. No obstante, nuevos avances de un grupo de científicos financiado con fondos europeos simplificarán la recuperación de esos materiales vitales y facilitarán mayores niveles de recuperación a partir de los productos una vez superada su vida útil.
Un grupo de científicos está utilizando materias primas vegetales de bajo valor para producir fibras sintéticas de base biológica para la industria textil mediante un proceso rentable que ahorra energía y es respetuoso con el medio ambiente.
Un proyecto de la Unión Europea está desarrollando nuevos programas y componentes informáticos para mejorar la vigilancia —tanto europea como mundial— de las concentraciones y los flujos de gases de efecto invernadero (GEI).
Los ríos, lagos y zonas costeras están bajo la presión de diversas actividades humanas que generan contaminación, un uso intensivo de la tierra y la degradación de los hábitats naturales. Para gestionar mejor los desafíos en este ámbito, un proyecto financiado por la UE ha desarrollado métodos de evaluación y restauración de ecosistemas acuáticos.
Como todos aquellos ecosistemas de la Tierra que acogen flora y fauna, los ecosistemas acuáticos precisan oxígeno. Pero la disponibilidad de oxígeno en esos sistemas se ve en peligro por el calentamiento del planeta y por el aporte excesivo de nutrientes procedentes de la agricultura y las aguas residuales, proceso que provoca eutrofización.
Un equipo de la Unión Europea ha desarrollado nuevos sensores, software de procesamiento y modelos para estudiar la degradación de los edificios antiguos. Las simulaciones permitieron efectuar una evaluación precisa del deterioro, teniendo en cuenta la forma y los materiales, y el consiguiente pronóstico de conservación.
Diversos científicos e ingenieros están trabajando juntos en una iniciativa financiada por la Unión Europea con el propósito de reducir la huella de carbono en el tratamiento de aguas residuales.
Un proyecto sufragado por la Unión Europea mejoró las técnicas de reciclaje de láminas plásticas de uso agrícola. El consorcio desarrolló un sistema logístico y un proceso de tres etapas para eliminar in situ la tierra y las piedras depositadas en las láminas mediante una corriente de aire seco.
Entidades asociadas de la UE están desarrollando un conjunto de instrumentos para su uso en la investigación ambiental en la región del Danubio. Su esfuerzo también beneficiará a las distintas partes interesadas y a la población local.
La navegación es responsable de cerca del 5 % de las emisiones totales de dióxido de carbono. La Unión Europea ha sufragado una iniciativa consistente en diseñar estrategias de gestión energética inteligente para mejorar la eficiencia de las embarcaciones.
La transición a una economía con baja emisión de carbono hasta 2050 requerirá la introducción de cambios decisivos e irreversibles en las esferas cultural, económica y natural, cambios que supondrán un salto cualitativo en lo socioeconómico. El proyecto COMPLEX pretende desarrollar nuevas herramientas de modelización para la gestión de dinámicas de cambio significativo, utilizando simultáneamente una amplia gama de escalas espaciotemporales e integrando el conocimiento aportado por numerosos colectivos interesados, en materia, por ejemplo, de cambios en el uso del suelo motivados por las tecnologías relativas al carbono.
Un proyecto financiado con fondos europeos ha desarrollado un innovador proceso térmico para convertir los neumáticos gastados en energía y materiales cerámicos.
La radiación no constituye el único problema a la hora de soterrar residuos radioactivos en niveles profundos del subsuelo: los residuos también generan gases peligrosos. Gracias a un proyecto financiado por la UE se ha logrado forjar una mejor comprensión de cómo fluyen los gases residuales alrededor y desde los repositorios geológicos, con el propósito de ayudar a los organismos competentes de los distintos países a garantizar la seguridad del proceso..
La eficiencia de las centrales eléctricas de carbón puede mejorar considerablemente al elevar las temperaturas de las turbinas de vapor y utilizar procesos de combustión innovadores. Un equipo científico desarrolla revestimientos anticorrosión para facilitar su implantación y reducir las emisiones.