Un proyecto financiado con fondos de la Unión Europea ha examinado modelos alternativos de la energía oscura que no necesitan apelar a una constante cosmológica. La demostración de que la energía oscura es una contribución dinámica serviría para incrementar de forma exponencial nuestro conocimiento sobre el Universo.
Un grupo de científicos trata de explicar dos de los grandes misterios del Universo, la materia oscura y la energía oscura, guiándose por la observación de colisiones entre cúmulos de galaxias masivas.
Una iniciativa dotada con fondos de la Unión Europea está formando a investigadores noveles en el campo de la astrodinámica, es decir, la ciencia que hace posible el lanzamiento y el vuelo de las naves espaciales.
El 2014 fue un año realmente productivo para Europa en cuanto a la exploración del espacio exterior. Además de lograr que Rosetta fuese la primera misión de la historia en alcanzar un cometa, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó dos nuevos satélites Galileo y el satélite Sentinel-1.
Las películas futuristas de antaño describían el 2015 como una época en la que abundarían los coches voladores y los planeadores y en la que ya se habría establecido contacto con seres extraterrestres. El espacio aéreo sigue siendo exclusivo de los aviones, pero se acaba de dar un paso más hacia el descubrimiento en los próximos años de vida fuera de la Tierra. De hecho, en los primeros días de 2015, un equipo de científicos del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica anunció el descubrimiento de lo que se considera el planeta más parecido a la Tierra jamás descubierto fuera del Sistema Solar.
El arqueólogo Cameron Smith se subió al escenario de TEDx Brussels 2014 para relatar su contribución en pos de la colonización espacial.
La observación del firmamento ha fascinado al ser humano desde que posó la vista en el cielo nocturno. La astronomía ha progresado enormemente desde aquellos primeros vistazos y los estudios sobre el Universo comienzan a responder a varias de las cuestiones fundamentales que se plantea la humanidad. Nunca antes se supo tanto sobre el nacimiento del Universo o la formación y evolución de las galaxias.
La superluna aparecida a principios de esta semana iluminó en mayor medida el cielo de verano para beneficio de agricultores y disfrute de aficionados a la astronomía.
El lanzamiento de dos satélites Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA), realizado el 22 de agosto desde la Guayana Francesa, supone el primer paso de una nueva fase del programa propio europeo de navegación por satélite.
La Fundación Europea de la Ciencia (ESF) ha publicado un informe sobre «avances tecnológicos para el progreso científico». Aunque, como es sabido, el sector espacial es una de las principales fuentes de innovaciones beneficiosas para la sociedad, tanto la ESF como la Agencia Espacial Europea (ESA) tienen grandes esperanzas depositadas en tecnologías que no son estrictamente espaciales.
Es posible que más de uno oyera un gran estallido el jueves 19 de junio hacia las siete de la tarde. Su origen fue la detonación de explosivos para despejar la cima de una montaña chilena en la que se instalará el mayor telescopio del mundo, como denota su nombre, European Extremely Large Telescope (E-ELT).
¿Recuerda cuando los destructores imperiales destrozaban asteroides en «El imperio contraataca'? Pues eso ya casi está pasado de moda. Gracias al proyecto CLEANSPACE, pronto puede ser posible localizar la basura espacial de incluso un centímetro con láseres instalados en la Tierra.
Quizás no seamos conscientes de ello, pero los sistemas y las tecnologías espaciales desempeñan una función determinante en nuestra vida diaria. Desde las telecomunicaciones hasta la televisión, el pronóstico del tiempo y los sistemas financieros mundiales, la mayor parte de los servicios clave que damos por sentados en el mundo moderno depende del espacio para funcionar correctamente.
Tener un encuentro verdadero con E.T. podría ocurrir mucho antes de lo que parece. Se ha dado a conocer la noticia de que Encélado, una luna de Saturno, podría contener una gran masa de agua, por lo que la posibilidad de hallar vida extraterrestre en el Sistema Solar es ahora mayor que nunca.
Para evaluar la habitabilidad de Marte y detectar vida en el planeta, si alguna vez la hubo, es indispensable conocer el medio. En el noreste de Inglaterra existe una mina de potasa que ofrece un medio similar al de la superficie marciana y que podría constituir un banco de pruebas de tecnologías que se utilizarían en la búsqueda de vida en el Planeta Rojo.
¿Estamos solos en el Universo? Esta es una pregunta que ha avivado desde siempre la imaginación del ser humano. Cuanto más averiguamos, más improbable parece que el planeta Tierra sea un milagro aislado rebosante de vida entre un sinfín de galaxias de planetas inertes. Son muchos los científicos eminentes que aseguran que sólo es cuestión de tiempo dar con otras formas de vida en el Universo. De lo que no están tan seguros es del medio exacto por el que hallaremos a nuestros vecinos intergalácticos y de si se reducirán a un puñado de células o, en cambio, serán seres de mayor tamaño al estilo de E.T.
¿Por qué hay más hombres que mujeres en el espacio? La causa podría ser menos evidente de lo que parece. Según los modelos fisiológicos en poder de la NASA, las astronautas poseen un umbral de exposición a la radiación espacial inferior al de los astronautas, motivo por el que disponen de menos oportunidades para la exploración del espacio.
Es tarde y todo está oscuro. Circula a gran velocidad por el centro de una gran ciudad. Le están persiguiendo, y sus perseguidores le ganan terreno muy deprisa. Con una sonrisa de confianza, aprieta el botón de «lanzamiento» de su automóvil a reacción y éste despega, esfumándose en el cielo nocturno. Los bandidos quedan en tierra, sin poder más que contemplar la estela dejada en el aire por su vehículo. Puede parecer la trama de una película cualquiera de superhéroes, pero la realidad (quitándole la dramatización) podría estar mucho más cerca de lo que piensa.