A pesar de que 
los accidentes aéreos se han reducido en los últimos años, la Unión 
Europea no ceja en su empeño de minimizar los contratiempos debidos a 
errores humanos. Ello adquiere especial importancia si se tiene en 
cuenta que, con el aumento del tráfico aéreo, se requiere una extrema 
pericia para pilotar las aeronaves. Conscientes de ello, los artífices 
del proyecto financiado con fondos europeos «Advanced cockpit for 
reduction of stress and workload» (ACROSS)
 se han propuesto mejorar el rendimiento de la tripulación durante los 
periodos de sobrecarga de trabajo en aras de la seguridad.
A tales efectos, están desarrollando y probando nuevas soluciones 
para cabinas de vuelo que permitan gestionar mejor los picos de trabajo 
durante los vuelos y reducir el estrés al que se ven sometidos los 
pilotos. El equipo pretende mejorar los sofisticados sistemas de 
automatización que facilitan la labor de la tripulación a bordo cuando 
se producen dichas situaciones de trabajo intensivo.
ACROSS también tiene previsto desarrollar nuevas tecnologías de 
cabina que permitan reducir el número de personas necesarias para 
pilotar las aeronaves de forma segura en determinadas situaciones, tales
 como la reducción intencionada de la tripulación en vuelos de largo 
recorrido o la incapacidad de parte o incluso todos sus integrantes. 
Otro ejemplo de aplicación sería una eventual, aunque muy poco probable,
 crisis física o psicológica del piloto.
Uno de los principales objetivos del proyecto es identificar los 
problemas que plantea la futura implantación de las operaciones con un 
único piloto, orientadas a reducir al mínimo los costes operativos sin 
menoscabo de la seguridad. El equipo aborda este tipo de operaciones 
como un estudio de caso y al tiempo un acicate para la innovación y el 
desarrollo de sistemas que refuercen la seguridad.
En suma, las herramientas y directrices que surjan de esta 
iniciativa están llamadas a mejorar la seguridad del transporte aéreo, 
incluso a evitar por completo los incidentes y los accidentes. Asimismo,
 estos nuevos sistemas reforzarán la imagen del transporte aéreo como 
medio totalmente seguro para desplazarse. También permitirán reducir el 
número de tripulantes necesarios para reducir costes, lo que brindará 
una ventaja competitiva a las aerolíneas y en última instancia redundará
 en los pasajeros.
Cabe destacar que estas innovaciones pondrían a Europa a la cabeza 
de la industria del transporte aéreo y ofrecerían nuevas oportunidades 
de desarrollo a los fabricantes de equipos de aeronáutica. Cuando llegue
 a término, este proyecto habrá aportado su valioso grano de arena a los
 esfuerzos por mejorar la seguridad y reforzar el liderazgo de Europa en
 este sector.
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