
¿Alguna vez quiso tener una máquina del tiempo virtual que pudiera mostrarle el aspecto de su calle en el siglo pasado? ¿O ha querido ver cómo quedaría un mueble nuevo incluso antes de comprarlo? Gracias al proyecto de investigación de la UE VENTURI, todo eso ya es posible.

El tema de la implicación del ciudadano en el ámbito político nunca ha estado tan de actualidad como ahora, a falta de unas pocas semanas para las elecciones al Parlamento Europeo. Pero si uno desea involucrarse en la política, dar a conocer ideas y participar en debates, ¿sabría por dónde empezar? Gracias a la labor realizada en el seno de varios proyectos financiados por la Unión Europea, empiezan a surgir los instrumentos y servicios necesarios para hacer realidad la participación electrónica, gracias a los cuales los ciudadanos de la Unión pueden hacerse oír de modos nuevos y más interactivos.

El Estado miembro más joven de la Unión Europea ya es un agente a tener en cuenta en la investigación que se realiza en el continente. Croacia rinde bien en investigación y desarrollo (I+D) y presenta un grado de participación relativamente elevado en los Programas Marco de investigación europeos si se tiene en cuenta su tamaño y que hasta hace poco no era miembro de la UE. De hecho, en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ya se encuentra a la vanguardia, puesto que participa en proyectos pioneros de robótica e infraestructuras de transporte inteligentes.

¿Ha visto alguna vez a un ingeniero dirigiendo a una orquesta imaginaria? Siempre imaginamos a los científicos trabajando en un laboratorio, pero Tapio Lokki, profesor de la Escuela Universitaria de Ciencias Aalto, en Finlandia, ha pasado los últimos años visitando auditorios y midiendo meticulosamente sus características. «Karaoke» significa «orquesta vacía» en japonés, y, en cierto modo, es lo que ha creado para llevar a cabo su investigación. Este estudio podría traer consigo una mejora en el diseño de edificios y generar una forma de «Realidad Aumentada» (RA) sonora.

Hoy en día es habitual reservar vuelos por Internet, realizar transacciones bancarias online y concertar citas médicas mediante un sistema virtual; así es como, poco a poco, está tomando forma el Internet de los servicios (IoS). Supone un cambio de paradigma en la manera en que se diseñan, implementan, despliegan y consumen los sistemas y las aplicaciones de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y previsiblemente ofrecerá multitud de oportunidades, si bien también plantea retos de gran envergadura, entre ellos garantizar la seguridad y la privacidad, un aspecto que ha abordado un grupo de investigadores dotados de fondos europeos.

En la economía actual, uno de los valores más importantes para cualquier empresa es contar con trabajadores muy cualificados, productivos y eficaces. Pero para que los empleados mantengan un rendimiento máximo y aprendan nuevas destrezas se necesita de un sistema efectivo de aprendizaje permanente. Por esta razón, investigadores financiados con fondos europeos están desarrollando un método de aprendizaje potenciado por la tecnología que conjuga elementos de las teorías del aprendizaje y de los juegos serios.

Desde hace mucho tiempo, la labor de archivado se ha considerado un proceso pasivo: colocar los objetos que se quiere conservar en un lugar fresco y seco y olvidarse de ellos hasta que se necesiten. Pero en la era digital, en la que fotografías, vídeos, documentos y demás contenidos se encuentran alojados en discos duros, discos externos o en servidores «en la nube», y no en cajas guardadas en un sótano, el archivado requiere un método mucho más activo. Un equipo de investigadores ha abordado esta cuestión gracias a fondos europeos.

El crecimiento rápido y exponencial del tráfico de Internet ha planteado la necesidad de una inversión en infraestructuras, nuevas tecnologías y paradigmas para servir contenidos a los usuarios. Gracias a fondos europeos, un equipo de investigadores trabaja para ampliar los límites al respecto y, de ese modo, cambiar la manera en que se suministran contenidos y los usuarios puedan acceder «a la carta» a vídeos de imagen tridimensional y en alta definición.