A principios de
la década del año 2000, la tendencia más vanguardista en el ámbito de la
formación empresarial era la «educación virtual». En 2003 y 2004
despuntó el concepto de «aprendizaje mixto» (b-learning). Naturalmente,
con la amplia disponibilidad actual de portales y «wikis» en línea, anda
en boca de todos el «aprendizaje integrado en el trabajo».
En realidad, este último dista de ser un concepto nuevo. Además,
presenta diversas variedades. Un ejemplo ilustrativo es el de aquellos
trabajadores del conocimiento que consultan Google u otros recursos en
Internet para ver quién ha publicado libros, estudios prácticos o blogs
sobre el tema que les ocupa.
Una vez que se han formado una idea general acerca de lo que tienen
que aprender, profundizan, prueban métodos nuevos y desarrollan los
conocimientos facilitados por otros. En definitiva, los trabajadores del
conocimiento no se dan un respiro para asistir a un cursillo durante
una semana, sino que lo más frecuente es que con el paso del tiempo
recopilen fragmentos de saber de aquí y allá.
¿Pero cómo se pueden reunir todos estos fragmentos de información
para aprovecharlos en un único recurso útil que proporcione una
experiencia de aprendizaje concreta?
El aprendizaje integrado en el trabajo puede proporcionar el
contexto adecuado para los usuarios, idóneo para los temas en los que
trabajan y ajustado a su nivel de conocimientos previos. Este «contexto
informativo» se puede emplear para seleccionar los recursos recomendados
conforme a las necesidades del alumno.
Así pues, se necesita un lugar en el que almacenar cómodamente todos
los llamados «recursos de aprendizaje informal» (informal learning
assets), que incluyen documentos, presentaciones, podcast, vídeos, hojas
de cálculo y un largo etcétera. Algunas organizaciones se valen del
Microsoft Sharepoint®. Otras emplean alguna clase de repositorio con
programas informáticos económicos del tipo wiki y de las redes sociales.
El proyecto Aposdle («Entorno de aprendizaje avanzado, autodirigido y
orientado a procesos»), respaldado por el Sexto Programa Marco de la
Comisión Europea, propuso su propia solución. Así, desarrolló una
plataforma informática que ofrece una variedad de servicios de apoyo al
aprendizaje, como orientaciones prácticas, contenidos y asesoramiento
por expertos, entre todo lo cual puede elegir el usuario.
En la medida de lo posible, este apoyo se presta dentro del propio
entorno de trabajo y no en otro distinto. Además, se basa en fuentes de
conocimiento disponibles dentro de determinada organización cuyo
propósito original no era necesariamente el del aprendizaje.
«Nuestro planteamiento consiste en tratar de definir tareas y
competencias a partir de la interacción del usuario con su ordenador. Se
pretende liberar al usuario de tener que buscar explícitamente y
mantener un perfil de usuario», explicó Stefanie Lindstaedt,
coordinadora científica del proyecto Aposdle.
El sistema se anticipa a las necesidades de información y recomienda
recursos pertinentes, es decir, secciones de documentos, individuos,
partes de modelos, procesos de aprendizaje, etc. Por consiguiente, según
indicó, se propondrán al usuario recursos muy distintos dependiendo de
si es lego en la materia o un especialista en la misma.
El espacio en el que se relacionan los compañeros de trabajo
La principal diferencia con respecto a los sistemas de educación
virtual radica en que Aposdle presta apoyo a las tres funciones
desempeñadas por un trabajador del conocimiento en su organización: la
función de trabajador, la función de alumno y la función de
especialista. Estas funciones están representadas por tres anillos en el
logotipo de Aposdle: trabajar, aprender y colaborar.
Concretamente, el sistema ayuda a los trabajadores del conocimiento
reconociendo automáticamente sus tareas diarias, buscando documentos
disponibles y mostrando los más pertinentes, recomendando a socios
adecuados y añadiendo de forma automática recursos nuevos a la red de
conocimientos de una organización.
Con esta meta, los socios del proyecto se dedican a desarrollar
conceptos así como herramientas completamente nuevas para elaborar
modelos acerca de procesos de trabajo, carteras de competencias y
preferencias de aprendizaje, o bien para acceder a distintos recursos
alojados en distintos repositorios. También están representados otros
alumnos y profesores para que el usuario cuente con acceso a ayuda
proporcionada por expertos.
«Los modelos se pueden construir con poca definición y, de este
modo, sentar las bases para que se produzca un razonamiento dentro del
sistema. A continuación los contenidos didácticos se generan
automáticamente reutilizando documentos existentes (textos y materiales
audiovisuales) en el espacio de conocimientos de la organización»,
explicó la Dra. Lindstaedt.
En definitiva, se estructuran las diversas piezas interrelacionadas
de una red diseñada a grandes rasgos para proporcionar al usuario una
experiencia de aprendizaje valiosa. En cambio, los contenidos de los
sistemas de educación virtual resultan caros de crear, exigen un gran
esfuerzo de normalización y también una estructura organizativa
desarrollada.
La Dra. Lindstaedt añadió que «Aposdle constituye un entorno de
diseño en el que crear entornos de apoyo [al aprendizaje] orientados a
campos específicos. Podemos demostrar la viabilidad de reducir
considerablemente el volumen de trabajo necesario para la instanciación,
quedando en unas 120 horas. Es un logro nada desdeñable si se piensa en
la cantidad de tiempo necesaria para instanciar un sistema de
aprendizaje orientado a un campo profesional especializado.»
La colaboración, punto de partida
Para garantizar que se atenderían las necesidades de quienes desean
aprender en su entorno laboral, Aposdle se diseñó en estrecha
cooperación con usuarios potenciales de tres empresas: la Compañía
Europea de Aeronáutica, Defensa y Espacio (EADS, Francia), Innovation
Service Network (ISN, Austria) y la Cámara de Comercio e Industria (IHK)
de Alemania.
Durante cerca de tres meses, el sistema estuvo a disposición de
veinticinco ingenieros dedicados a examinar los efectos de los rayos en
los aviones y también a disposición de consultores cuya labor consistía
en ofrecer soluciones personalizadas sobre innovación colaborativa o
bien asesoría a empresas de nueva creación. De este modo se evitó que
los resultados del proyecto fueran pertinentes para un único sector
profesional.
Aposdle resultó de especial utilidad para quienes pretendían
aprender acerca de campos muy técnicos, como las simulaciones
electromagnéticas realizadas en la EADS, donde empleados relativamente
inexpertos tuvieron ocasión de ampliar sus conocimientos poniendo en
práctica la instrucción didáctica recibida. En cambio resultó menos
eficaz en ámbitos orientados al cliente, en los que es necesario
compartir una gran cantidad de conocimientos con muchos agentes.
El 15 de enero de 2010, la mayor parte del código fuente de la
plataforma de Aposdle se publicó como software de código libre en la
página web del proyecto: http://www.aposdle.tugraz.at/home.
Según apuntó la Dra. Lindstaedt, los socios de Aposdle confían en que
«de este modo se facilite la cooperación con otros investigadores y
proyectos».
«Por ejemplo, pretendemos integrar los resultados de Aposdle con los
conocimientos ofrecidos por el proyecto Mature ("Aprendizaje social
continuo en las redes de conocimiento"). También estamos estudiando las
posibles aplicaciones en una serie de grandes empresas e investigando
oportunidades de financiación que nos permitan convertir Aposdle en un
producto.»
El proyecto Aposdle recibió financiación de la iniciativa
«Tecnologías para la sociedad de la información» (TSI) del Sexto
Programa Marco de investigación.