A diferencia de las baterías convencionales de iones de litio, las de
metal-aire aprovechan el oxígeno del aire del entorno, y no el
almacenado en sustancias químicas alojadas en la propia batería. De este
modo se reducen el peso y la masa y se incrementa la densidad de
energía, es decir, la cantidad de energía suministrada en relación al
tamaño de la batería. Pese a las ventajas que se les atribuyen, ha
habido obstáculos para construir versiones recargables de las baterías
de metal-aire. Por ello solo están disponibles actualmente como unidades
primarias.
El proyecto financiado con fondos europeos «New concept of metal-air
battery for automotive application based on advanced nanomaterials» (
NECOBAUT)
trabaja en el desarrollo de una batería de hierro-aire que cuenta con
materiales de electrodo de carbono nanoestructurado de bajo coste y un
electrolito de hidróxido de potasio. El sector comercial fundamental es
el de los vehículos completamente eléctricos.
Para el ánodo, se investigaron varios materiales nanoestructurados
de carburo de hierro apoyados sobre un carbono de gran superficie de
cuya preparación se ocupó uno de los socios. Se incluyeron aditivos para
reducir al mínimo la evolución del hidrógeno y aumentar la eficiencia
de carga.
En el extremo del aire (el cátodo), se probaron varios
catalizadores, entre ellos innovadores materiales de perovskita
desarrollados en el propio proyecto. Estos se evaluaron tanto sobre
soportes de carbono comerciales como sobre carbono del proyecto. El
catalizador más prometedor fue el de perovskita apoyado sobre el carbono
del proyecto.
Se han fabricado electrodos de hierro y aire y se han montado en una
novedosa célula de metal-aire donde el electrolito se hace circular
para disipar el calor y extraer los gases. Se incluye un separador que
previene los cortocircuitos internos y favorece la seguridad.
Los ensayos preliminares apuntan a su capacidad de cumplir las metas
de densidad de energía, y en consecuencia el equipo realiza ya estudios
destinados a cargar la célula a densidades de corriente superiores. Se
dispone de un modelo de la célula que facilita la optimización de los
diseños.
En el periodo siguiente se optimizarán todos los materiales y
componentes en distintas condiciones de funcionamiento, lo cual
facilitará el diseño del prototipo definitivo. Se prevé que cuente con
mayores capacidades de energía en los electrodos y con mayor resistencia
a la corrosión, entre otras mejoras. Es previsible que tenga una gran
repercusión el ofrecer una alternativa a las baterías de iones de litio,
de coste bajo y duradera y que dote a coches completamente eléctricos
de mayor autonomía entre cargas. Una comercialización generalizada de
tales vehículos beneficiará significativamente a los fabricantes, a los
consumidores y al medio ambiente.