Hace unos años, el proyecto LAPCAT, financiado por la Unión Europea,
trabajó para identificar y evaluar tecnologías de propulsión críticas
para reducir de forma drástica la duración de los vuelos de larga
distancia. Este proyecto estudió tecnologías que, por ejemplo, podrían
permitir volar de Bruselas a Sydney en tan solo de dos a cuatro horas.
Siguiendo sus pasos, el más reciente de estos proyectos, «Long-term
advanced propulsion concepts and technologies II» (
LAPCAT-II), se centró en los dos conceptos más viables de su predecesor, los vuelos de crucero a velocidades Mach 5 y Mach 8.
El proyecto reunió a dieciséis socios de este campo procedentes de
seis países europeos para lograr sus objetivos. Evaluó las cifras
asumidas de rendimiento del avión de Mach 5 y su turbo-estatorreactor
prerrefrigerado, incluido el diseño, el rendimiento y el valor ecológico
de la boquilla, la combustión y la estructura. Esto dio lugar a un
diseño mejorado del Mach 5 que permitió definir un plan para desarrollar
el vehículo.
En cuanto se refiere al concepto de Mach 8, que se basa en un
estatorreactor en modo dual, el equipo del proyecto abordó varios
problemas con el fin de garantizar un buen rendimiento en crucero y en
usos no previstos como el despegue, la aceleración, etc. En este
sentido, el equipo se centró en integrar correctamente el bastidor y el
motor durante toda la trayectoria con el fin de superar una masa elevada
en el despegue. Se volvió a evaluar el diseño de los distintos
conceptos, incluidos los de los motores basados en turbo y en cohete,
con el fin de lograr niveles óptimos de rendimiento y consumo de
combustible.
Más en concreto, para el diseño de Mach 8 se desarrollaron
herramientas y métodos de integración entre motor y bastidor, así como
un análisis del ciclo de admisión de aire a alta velocidad. También se
analizó el comportamiento en usos previstos y no previstos del motor y
el bastidor, y se evaluó el diseño en relación con la aerotermodinámica,
las admisiones, las boquillas y la combustión.
El proyecto y sus resultados nos han acercado un paso más al
desarrollo de aeronaves supersónicas e hipersónicas viables que podrían
redefinir totalmente la aviación civil en un futuro no muy lejano.