Los viajes del futuro

Un equipo de expertos ha propuesto soluciones efectivas para lograr que los aeropuertos sean más rentables, eficientes y respetuosos con el medio ambiente después de 2050.

Debido al crecimiento demográfico y del índice de consumo, se espera que el tráfico aéreo aumente vertiginosamente hacia el año 2050, sobre todo porque cada vez habrá más personas de fuera del continente que podrán viajar. Sin embargo, habrá que hacer frente a dicho crecimiento con unos recursos cada vez más escasos; combustibles fósiles cada vez más caros; y exigencias medioambientales cada vez más estrictas. Así, será imprescindible contar con una visión preclara acerca de cómo operar los aeropuertos del futuro. Si bien proyectos como Single European Sky ATM Research (SESAR) y Clean Sky ya están abordando el estudio de las expectativas de crecimiento hasta el año 2050, resulta necesario implantar soluciones radicales de operación aeroportuaria más allá de este horizonte temporal.

De ahí que «The 2050+ Airport» (2050AP), un proyecto reciente financiado por la UE, haya investigado soluciones revolucionarias para preparar a los aeropuertos para lo que se les avecina en 2050 y más allá. Se fijó el objetivo de conseguir que el 90 % de los viajeros europeos pudieran finalizar sus viajes puerta a puerta en cuatro horas.

Para ello resulta imprescindible disponer de una conectividad mejor entre nodos o centros neurálgicos de transporte, una red ampliada de aeropuertos, así como mejores enlaces a otros medios de transporte. Asimismo, resulta indispensable conseguir una prestación fluida de servicios para reducir el tiempo de viaje puerta a puerta, siempre sin descuidar la sostenibilidad ni la facilidad de uso. Este proyecto señaló que los aeropuertos del futuro tendrán que ser capaces de cumplir dichos objetivos y desarrolló tres conceptos que constituyen la base para hacer realidad dicha visión.

El primer concepto se centra en un aeropuerto eficiente en términos de tiempo, esto es, capaz de aprovechar al máximo el tiempo, gracias a un desarrollo eficiente y efectivo de operaciones de transporte. El segundo abunda en la idea de la eficacia en términos de coste y propone un modelo de aeropuerto con un nivel exiguo de gastos de explotación y que sea óptimo en cuanto a ingresos económicos. El tercer concepto aporta una visión de aeropuerto altamente ecológico, capaz de suplir de forma autosuficiente su propia demanda energética. Este último concepto incorpora ideas sobre cómo desarrollar operaciones neutras desde el punto de vista climático y con un nivel bajo de contaminación acústica.

Para lograr estos objetivos, dicho equipo de investigadores analizó un aeropuerto de referencia e identificó todas las operaciones, procesos y cuellos de botella susceptibles de ser mejorados. A continuación, definió la metodología necesaria para desarrollar dichos conceptos y se dispuso a validarla, para lo cual hubo de evaluar el valor que aportaban dichos conceptos con respecto a las necesidades de los agentes implicados y a los indicadores clave de funcionamiento, así como en base a métodos analíticos para acabar de refinar y evaluar cuantitativamente dichas propuestas conceptuales.

Se celebraron tres talleres para difundir los resultados arrojados por dicho proyecto y evaluar la viabilidad de los mismos. Así, cuando llegue el futuro, los aeropuertos europeos estarán listos para recibirlo.

publicado: 2015-02-26
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