El elevado nivel de incidencia de enfermedades cardiovasculares
constituye una significativa carga socioeconómica en los países
desarrollados. Una exhaustiva investigación clínica ha permitido
identificar biomarcadores que podrían utilizarse para predecir el riesgo
de padecer una cardiopatía. No obstante, sigue sin esclarecerse si
dichos biomarcadores son genéricos o se pueden aplicar a la medicina de
precisión.
Gracias a varias cohortes europeas, el proyecto
BIOMARCARE (Biomarker for cardiovascular risk assessment in Europe), dotado con financiación de la Unión Europea, está llevando a cabo un estudio de biomarcadores a gran escala para dirimir esta cuestión. Los resultados deberían proporcionar una panorámica de la utilidad de diferentes biomarcadores —tanto ya existentes como novedosos— para realizar previsiones.
El consorcio se sirvió de tecnologías cuantitativas de vanguardia —proteómicas, transcriptómicas, metabolómicas y de miARN— para identificar biomarcadores basándose en su relación con el riesgo cardiovascular y el fenotipo de la enfermedad. La validez de estos biomarcadores se comprueba entre la población europea. El propósito a largo plazo consiste en detectar aquellos que podrían ser utilizados para evaluar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Dada la ingente cantidad de muestras analizadas, la armonización de los datos supone un reto significativo. Los socios de BIOMARCARE han abordado esta tarea a través de un centro de procesamiento de datos (CPD) principal en el que se recibe la información procedente de los diferentes lugares de estudio y se prepara para su análisis.
Los resultados del mismo contribuirán a desarrollar una estrategia que permita la predicción personalizada del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La asociación de los biomarcadores con los hábitos de vida y con diversos medicamentos debería ayudar a formular políticas sanitarias y favorecer un potencial descenso en la incidencia de este tipo de afecciones.
Dejando a un lado la perspectiva de los servicios de salud, la industria farmacéutica también estaría interesada en una solución basada en biomarcadores para incrementar su rendimiento a nivel técnico a la hora de desarrollar nuevos compuestos. Gracias a un enfoque centrado en biomarcadores, este sector podría acelerar el proceso de desarrollo de medicamentos, reduciendo así sus costes en I+D de manera sustancial.