Un proyecto de la UE diseña un sistema de asistencia domiciliaria para pacientes hepáticos

Un proyecto europeo del programa de TIC para la salud pretende mejorar la calidad de vida de los enfermos hepáticos crónicos con un sistema de teleasistencia que permita supervisar su estado desde su propio domicilio.

Cerca de veintinueve millones de europeos sufren este tipo de enfermedades, lo que las convierte en una de las causas de mortalidad más comunes en la Unión Europea. No obstante, la comunidad médica considera que se podrían evitar decenas de miles de muertes prematuras si se proporcionase la atención sanitaria adecuada una vez diagnosticada la enfermedad.

El proyecto D-LIVER se centra en ayudar a pacientes que padecen enfermedades hepáticas en estado avanzado (muchos de ellos incluidos en largas listas de espera para trasplantes), ahorrándoles el enorme esfuerzo que supone desplazarse de forma habitual a centros hospitalarios para realizar pruebas y acudir a consultas médicas. Para ello, los miembros participantes están desarrollando un sistema de teleasistencia basado en TIC (tecnologías de la información y comunicación) que los pacientes podrán utilizar en sus hogares. El sistema D-LIVER les permitirá evaluar diversos parámetros bioquímicos y físicos fundamentales para conocer su nivel de bienestar y sus necesidades al instante.

«A medida que se deterioraba el estado de mi hígado, mi capacidad de caminar se reducía de forma drástica», comenta Martin Owen, piloto de una aerolínea comercial que logró reincorporarse a su trabajo después de un trasplante. «Solía pasarme la vida dormido en una silla porque me sentía totalmente falto de energía. Dependía de mi mujer, que tenía que pedir permiso en el trabajo para llevarme al hospital», relata en una película sobre el proyecto D-LIVER.

VIVIR MÁS AÑOS Y MEJOR

Como cualquier otro paciente, Martin aún debe acudir al centro hospitalario cada seis semanas, primero para que se le extraiga una muestra de sangre y unos días más tarde para asistir a la consulta y comentar los resultados. «Poder participar de forma activa en mi propia atención médica sería una noticia excelente para mí», afirma.

Uno de los objetivos de D-LIVER consiste en devolver el control al paciente. Gracias al nuevo sistema de seguimiento y asistencia a domicilio, que está conectado a sistemas utilizados por centros hospitalarios para la gestión de enfermos hepáticos, el proyecto aspira a mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que se encuentran en una fase avanzada de la afección. Estos pacientes podrían estar a la espera de recibir un trasplante, haberse sometido a una resección hepática (estando el órgano restante en proceso de regeneración) o encontrarse en una fase avanzada e inestable, con propensión a episodios de deterioro.

Con el sistema creado por D-LIVER, el paciente inserta un chip de plástico de 3 x 3 cm en un instrumento de medición y posteriormente solo tiene que pincharse en un dedo y extraer una gota de sangre que, cuando se pone en contacto con la apertura del cartucho, es absorbida de inmediato por el dispositivo. Los resultados de las pruebas se obtienen de forma automática en solo unos minutos, incluyendo diversos parámetros (sodio, potasio, creatinina, bilirrubina, albúmina y tiempo de coagulación de la sangre).

Además, D-LIVER ha creado un dispositivo portátil que permite la vigilancia continua de parámetros fisiológicos tales como el ritmo cardíaco, la temperatura, la actividad, la postura y las variaciones de la presión sanguínea. Igualmente, dispone de la posibilidad de realizar una prueba cognitiva por medio de una tableta (u ordenador pizarra) con el fin de evaluar la concentración y la función cerebral, dado que a menudo la elevada toxicidad hepática puede provocar un estado de confusión mental (encefalopatía).

Estas pruebas pueden realizarse con la periodicidad que se requiera, diaria o semanalmente, y los resultados no solo pueden ser consultados por el paciente en el hogar, sino que también estarán a disposición de los profesionales clínicos encargados de su seguimiento desde el hospital.

LA TECNOLOGÍA CREADA EN D-LIVER PODRÍA APLICARSE A OTRAS ENFERMEDADES

Tal como señala el catedrático Calum McNeil de la Universidad de Newcastle: «La plataforma es genérica. En cuanto hayamos solventado ciertos impedimentos tecnológicos, podremos aplicarla a todo tipo de enfermedades en sus distintos estados, por ejemplo, a la gestión de enfermedades cardiovasculares, renales, neurológicas e inflamatorias».

Compañeros de Calum McNeil de dicha universidad, dedicados a investigar los aspectos económicos de este sistema, calculan que ahorrará miles de euros anuales por paciente en costes de hospitalización, sobre todo en aquellos que sufran encefalopatía hepática.

En la actualidad se está comenzando a probar en pacientes la tecnología desarrollada durante los dos primeros años del proyecto. Asimismo, entre la fecha actual y la finalización del proyecto D-LIVER en septiembre de 2015, se preparará un ensayo clínico multicéntrico del sistema que se llevaría a cabo en 2016 y que contaría con un máximo de ciento cincuenta pacientes de Newcastle, Berlín y Milán.

D-LIVER cuenta con catorce socios de siete países y con una inversión ligeramente inferior a los 11 millones de euros, aportada a través del programa de TIC para la salud del Séptimo Programa Marco.


Enlace a la página web del proyecto

publicado: 2015-01-27
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