Se ha realizado una investigación sobre la calificación de la calidad interna de las frutas y verduras, sin penetrar en su carne, que tendrá importantes beneficios inminentes en la clasificación de estos productos. Para ello se han utilizado dispositivos más propios de un hospital o un laboratorio científico.
La fruta de primera clase puede tener un precio doble a la de segunda
categoría. Puesto que los criterios de clasificación incluyen la calidad
interna y el aspecto externo, es previsible que el sector de las frutas
y verduras frescas salga muy beneficiado con la implantación de métodos
de clasificación de alta tecnología en la línea de producción.
En el marco del proyecto
FRUITGRADING (A low cost sorting solution for the fruit sector based on the evaluation of internal fruit quality) se finalizó recientemente su labor en torno a una nueva técnica de clasificación de frutas y verduras. Sus objetivos eran también los de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE: mejorar la calidad de la fruta europea y promover el consumo de alimentos saludables.
La investigación se centró en la manzana, la pera, el melocotón y el kiwi. Para evaluar sus características eléctricas y visuales se utilizaron, respectivamente, la espectroscopia por inducción magnética (MIS) y la espectroscopia por reflectancia difusa. Los datos obtenidos en las pruebas realizadas se analizaron y correlacionaron con rasgos de las frutas que poseen relevancia comercial.
El contenido en azúcar y la acidez pudieron predecirse en función de los datos visuales. La correlación fue buena en lo relativo a la firmeza en las manzanas. Los resultados del espectro electromagnético pueden relacionarse con cambios en la firmeza y la madurez, con posterioridad a la cosecha, a partir de la banda de radiofrecuencias en el espectro. No obstante, hay que perfeccionar la técnica para reducir las interferencias en los sensores y también el margen de error.
Los dos sensores construidos ya se han integrado en una cadena de clasificación de frutas, se han calibrado para afinar aún más las correlaciones de las propiedades y se han validado. También se ha dotado de mayor resistencia al sensor MIS para que tolere mejor las condiciones de la cadena de clasificación.
El equipo de FRUITGRADING impartirá formación y difundirá información para lograr un uso óptimo de estas nuevas tecnologías en el sector de las frutas y verduras frescas. Se han publicado revistas y boletines informativos y se ha participado en congresos y talleres.
Para los productores, los nuevos métodos de clasificación permitirán producir siguiendo un patrón de calidad superior, aplicando valores de referencia adecuados sobre la calidad en relación con una serie de parámetros determinantes. Se trata de una tecnología no invasiva y por ello se reducirá el porcentaje de frutas descartadas. Además, los agricultores podrán aplicar medidas de clasificación con anterioridad al almacenamiento de la fruta en cámaras de maduración.
La demanda de fruta de primera calidad se ha incrementado de forma constante pese al descenso del consumo total; concretamente, un incremento medio del 8,9 % en los últimos cinco años en los Estados Unidos. La tecnología de FRUITGRADING permitirá al productor responder a estos cambios en el mercado e incrementar su rentabilidad.
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