Alimentar al mundo con proteínas de insectos

Un grupo de investigadores ha fijado su atención en los insectos como fuente ecológica de proteínas para la alimentación de los animales y la nutrición de las personas; las proteínas de insectos supondrían una alternativa a las proteínas actuales provenientes de plantas y pescado.

El aumento de la demanda mundial de carne lleva aparejada la necesidad de aportar proteínas a los piensos para los animales. En la actualidad, la soja y la harina de pescado son las principales fuentes de proteínas de los piensos para animales, la mayoría de los cuales se importan de Norteamérica y Sudamérica.

El proyecto PROTEINSECT (Enabling the exploitation of insects as a sustainable source of protein for animal feed and human nutrition), financiado por la Unión Europea, tiene por objetivo utilizar el potencial, en gran medida desaprovechado, que ofrecen los insectos para aliviar la presión sobre los recursos vegetales y pesqueros.

En colaboración con China, Ghana y Mali, el proyecto PROTEINSECT investiga tres especies de moscas cuyas larvas componen una parte natural de la dieta del pescado, el pollo y el cerdo. Estas moscas ya han sido objeto de amplios estudios y resultan apropiadas para la producción en serie, con la ventaja añadida de que se pueden alimentar de residuos orgánicos.

Además de optimizar las condiciones de cría, el equipo del proyecto está evaluando la calidad y la seguridad de las proteínas obtenidas a partir de las larvas de mosca. Muestras producidas en distintas ubicaciones se sometieron a análisis para determinar la posible presencia de más de medio millar de contaminantes químicos. Se concluyó que los valores se situaban en todas por debajo de las cantidades máximas recomendadas, a excepción de en una especie de mosca, que contenía una concentración preocupante de cadmio, que es tóxico.

Una parte importante del proyecto PROTEINSECT consiste en evaluar y promover la aceptación por parte de la opinión pública del consumo de proteínas derivadas de insectos. Si bien la utilización de proteínas de insectos directamente en los alimentos para consumo humano puede despertar cierta reticencia, más del 70 % de los participantes encuestados afirmaron estar dispuestos a comer productos derivados de animales alimentados a base de insectos.

La materialización del concepto sobre el que se sustenta el proyecto PROTEINSECT reducirá el impacto medioambiental de la producción de proteínas para piensos de animales y, posiblemente, para la alimentación de las personas. Los sistemas sostenibles de producción de insectos también pueden ser una fuente de otros productos valiosos, como la quitina, las vitaminas y los minerales. Por último, los residuos orgánicos que se originan tras la cría de los insectos podrían aprovecharse como fertilizantes, lo que podría contribuir a reducir el uso de productos químicos peligrosos para el medio ambiente.

publicado: 2015-12-30
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