El proyecto
FOODLINKS abordó varios aspectos del consumo y la producción sostenibles de alimentos mediante un impulso de la colaboración entre responsables políticos, investigadores y asociaciones de la sociedad civil. Esto se logró a través de tres comunidades de práctica (CoP) que se valieron de actividades de intermediación de conocimientos para aprender a colaborar.
Las lecciones aprendidas se resumen en recomendaciones para una intermediación de conocimientos eficaz entre los sectores de la ciencia, la elaboración de políticas y la sociedad civil. Esas recomendaciones se reúnen en un folleto que se puede consultar en esta
página web. Además se elaboró un informe político, destinado a informar a autoridades políticas sobre el proyecto y sus resultados.
Cada CoP se ocupó de un tema relevante para la sostenibilidad alimentaria, a saber, las cadenas cortas de suministro de alimentos (CSA), la revalorización de la contratación pública para la adquisición de alimentos y las estrategias alimentarias urbanas. En sus colaboraciones entablaron conversaciones tanto en persona como en línea.
Los descubrimientos de cada CoP dieron lugar a recomendaciones útiles para emprender las siguientes etapas. La CoP sobre CSA cortas determinó que suponen una alternativa viable a las cadenas de alimentos largas globalizadas y que están adquiriendo una importancia cada vez mayor. Las CSA cortas son más respetuosas con el medio ambiente y cuentan con el potencial de ofrecer dietas más saludables, ya que los alimentos de temporada se pueden suministrar con mayor facilidad. También pueden aumentar la viabilidad de granjas y empresas transformadoras pequeñas y medianas. Las mejores prácticas relacionadas con la contratación pública demostraron ser una herramienta poderosa disponible para la construcción de sistemas alimentarios sostenibles. Si bien se necesita una inversión financiera inicial, sus ventajas podrían incluir el cultivo de alimentos empleando métodos respetuosos con el medio ambiente, la disponibilidad de más productos de comercio justo y un mayor apoyo a las empresas locales. Por último, el desarrollo de una estrategia alimentaria urbana significa reforzar la importancia de la alimentación en la política urbana y forjar redes entre las partes interesadas. Las tres CoP elaboraron planes de actuación que están disponibles al público y que contienen recomendaciones útiles. Se pueden consultar en la web de FOODLINKS y ya son utilizados por responsables políticos y organizaciones cívicas.
Los hallazgos señalan la importancia de cuatro componentes. En primer lugar, la proximidad espacial permite mejorar la economía local. En segundo lugar, un cambio en los sistemas de aprovisionamiento de alimentos puede promover la salud y la equidad social. En tercer lugar, los gobiernos municipales y regionales pueden asumir nuevas responsabilidades en la promoción de políticas alimentarias sólidas. Por último, cabe concluir que no hay una sola forma de lograr estos objetivos, sino que resulta esencial vincular investigación, política, defensa pública y comercio.
En el futuro la colaboración debería institucionalizarse, preferiblemente a nivel municipal y regional, para contribuir a llevar a cabo estos cambios en las políticas. La web de FOODLINKS y el
blog de foodnet puede ser un centro neurálgico de nuevos debates y de una labor de elaboración de políticas.