El sorgo dulce presenta numerosas ventajas frente a otros cultivos para producir azúcares destinados a biocombustibles. Un gran consorcio internacional ha desarrollado nuevas variedades híbridas, modelos de cultivo y análisis de sostenibilidad para ayudar a su explotación en diversos entornos.
El sorgo es un cultivo multiuso utilizado para la producción de alimentos y piensos, así como de combustible, a partir de los azúcares que se extraen de su tallo. El gran impedimento ha sido hasta ahora la ausencia de variedades de sorgo para la producción de etanol. Los socios del proyecto «Sweet sorghum: an alternative energy crop» (
SWEETFUEL) recopilaron recursos para crear cepas de sorgo dulce que potenciaran al máximo su productividad.
En el consorcio participan miembros procedentes de Europa, India, México, Sudáfrica y Sudamérica que conforman un equipo multidisciplinar en el que están representadas todas las regiones donde se cultiva el sorgo dulce. Los objetivos de fitomejora se adaptaron a la amplia variedad de condiciones climáticas y sociales en las que se cultiva este cereal.
Se produjeron y sometieron a prueba por primera vez distintos híbridos con una mejor tolerancia al frío, a suelos ácidos con toxicidad por aluminio o que permitieran un uso más eficiente del agua. Algunos de ellos produjeron más biomasa que las variedades disponibles a nivel comercial en la zona templada. El equipo seleccionó también candidatos con resiliencia ante la sequía y con un contenido elevado de azúcar en México, India y Sudáfrica. Se crearon mejores híbridos para estas condiciones específicas.
Fue especialmente el desarrollo de variedades e híbridos y de prácticas de gestión industrial para Brasil. El equipo ha contribuido a encontrar algunos híbridos adaptados a entornos de escasa fertilidad que ya se encuentran en el mercado. Una iniciativa de colaboración con el sector de la caña de azúcar está sirviendo para encontrar un sorgo dulce como complemento fuera de temporada a la producción de caña. De acuerdo con el plan, podría usarse el 20 % de la tierra dedicada al azúcar de caña para la producción de sorgo dulce.
Los experimentos por ordenador sirvieron para identificar los genes que participan en la respuesta a la sequía y el trabajo experimental desveló los indicadores agronómicos para predecir la producción optimizada de biomasa en el sorgo. Asimismo, el equipo descubrió aspectos logísticos y técnicas poscosecha para el desarrollo de un modelo de cultivo, que a continuación se usará para la zonificación geográfica de la adaptación de los cultivos a los terrenos y la meteorología. Por último, con una evaluación total de la sostenibilidad se identificaron las vías más sostenibles para obtener sorgo dulce y para biomasa, las cual comportan grandes reducciones de gases de efecto invernadero y otras ventajas para el medio ambiente y la sociedad. En la reunión final del proyecto, los investigadores presentaron una evaluación con múltiples criterios de la sostenibilidad de la producción y el uso del sorgo.
El conocimiento adquirido se recopilará en un manual donde quedará descrita la información esencial para la producción de etanol en los entornos elegidos. De esta forma, se capacitará a las partes interesadas para poder realizar cambios que repercutan de forma positiva en sus economías, su producción alimentaria y su seguridad energética.
En la web del proyecto se puede visualizar un vídeo sobre
complementación de la caña de azúcar con sorgo dulce en Brasil.