Estos orangutanes se descubrieron en el exótico bosque de Batang Toru de Sumatra. Sus ejemplares son tan escasos y su hábitat está tan fragmentado que los científicos que han identificado a estos grandes simios temen que afronten un peligro de extinción inmediata.
El hábitat de esta nueva especie está sometido a una presión cada vez mayor a causa de la actividad de construcción. Los responsables del estudio, publicado recientemente en la revista Current Biology, declararon al
Washington Post lo siguiente: «Si no se toman medidas con rapidez para mitigar las amenazas actuales y futuras y conservar todas y cada una de las extensiones de bosque restantes, es posible que esta especie de gran simio se haya descubierto y se extinga durante nuestra generación».
Los primeros indicios
A mediados de la década de los años noventa, el especialista en antropología biológica Erik Meijaard, fundador del grupo de conservación
Borneo Futures de Yakarta, descubrió un artículo escrito por un investigador que había explorado la zona mencionada en la década de 1930. En el artículo se aludía a testimonios sobre una población aislada de orangutanes, según se explica en la revista
Nature. Ese artículo animó al equipo a salir en busca de esos simios. Los habitantes de una aldea mostraron a los investigadores los restos de un macho y una hembra de orangután matados por gente de la zona en 2013 y así se obtuvieron materiales esenciales: huesos y tejidos intactos.
Se realizaron análisis genéticos, observaciones en campo y comparaciones del esqueleto del macho con treinta y tres muestras de orangutanes existentes en museos, y así se constató que el grupo de Batang Toru constituye ciertamente una especie diferenciada que presenta un pelaje más encrespado y una cabeza de menor tamaño. También son singulares por su dieta y su hábitat y por los gritos de los machos, audibles a gran distancia. La nueva especie de simio, bautizada Pongo tapanuliensis, se describe en
Current Biology, en un artículo firmado por un equipo integrado por la mayoría de los principales expertos mundiales en orangutanes. «Se han necesitado veinte años para entender lo que teníamos ante nosotros», declaró Meijaard.
Grandes simios vulnerables por la fragilidad de su ecosistema
Los investigadores encontraron estos simios en tres zonas dentro una extensión boscosa de unos 1 100 km2. Esas tres zonas están separadas entre sí por zonas no protegidas. Señalan que, para que sobrevivan, habrá que comunicar las tres zonas mediante franjas protegidas. «Es indispensable que se proteja toda la zona de bosque restante y que las autoridades locales se esfuercen por proteger el ecosistema de Batang Toru», declaró al Washington Post uno de los autores, Matthew Nowak.
El responsable de conservación de recursos naturales y ecosistemas en el Ministerio de Silvicultura y Medio Ambiente de Indonesia, cuyo único nombre es Wiratno, declaró en rueda de prensa celebrada en Yakarta su firme compromiso de asegurar la supervivencia de esta especie.
Aunque buena parte de su hábitat se encuentra protegido por el gobierno indonesio, se ha propuesto un proyecto de represa con fines hidroeléctricos en el río Batang Toru que anegaría parte de la zona, dividiría la población en dos, a cada lado del curso fluvial, y aislaría a distintos grupos de estos orangutanes. Según explicó Meijaard, es probable que ello redujera aún más el acervo genético existente en una población ya de por sí endogámica. Con la represa también se incrementaría la población humana residente en la zona, lo que podría intensificar la presión de la caza.
«Sería irónico y triste a la vez —señaló Biruté Mary Galdikas, especialista en orangutanes que creó la fundación http://www.orangutan.org.uk (Orangutan Foundation International)— que [la especie] se extinguiera como población biológicamente viable al poco de que se haya descrito como especie nueva».