Los bosques tropicales son fundamentales para el ciclo del carbono mundial, pues en ellos se encuentra cerca de la mitad de las especies de todo el planeta y se almacenan 250 000 millones de toneladas de carbono. Un equipo de científicos de veintidós países estudió la diversidad y la cantidad de carbono almacenado en trescientas sesenta ubicaciones de selva situadas en las tierras bajas de África, Asia y el Amazonas para determinar con precisión cómo cambian sus condiciones ante los distintos retos que plantea el cambio climático global y su sensibilidad al mismo.
Los resultados, publicados en la revista «Scientific Reports», informan que la biodiversidad en los bosques tropicales no es garantía de una mayor cantidad de carbono almacenada.
«En muchos ecosistemas, los espacios con mayor diversidad suelen almacenar más carbono. Pero no así los bosques tropicales. La mayoría de los bosques tropicales ya contienen gran cantidad de especies, y podría ocurrir que añadir especies más allá de cierto punto no influya en las reservas de carbono», informó Joey Talbot, de la Universidad de Leeds.
En el estudio se registró el diámetro y la identidad de doscientos mil árboles en parcelas de una hectárea. Los bosques tropicales africanos almacenan gran cantidad de carbono pero su diversidad es menor que la de los amazónicos. En esta segunda zona hay mayor diversidad forestal, pero se almacena menos carbono por hectárea que en los bosques de África y Asia.
No obstante, la protección de la biodiversidad de los bosques tropicales sigue siendo fundamental para garantizar la supervivencia de millones de especies y cumplir con los compromisos mundiales de mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los dos grados Celsius. Estos bosques podrían ser extremadamente sensibles al cambio climático y su destino está ligado a los procesos que influyen en la velocidad a la que se produzca el cambio climático en este siglo.
«Esta diversidad tan maravillosa de los bosques tropicales, con millones de especies de flora y fauna, es motivo de orgullo. Los bosques se enfrentan a climas que cambian rápidamente, y conservar todo su abanico de vida podría ser lo que les permita adaptarse», explicó el profesor Oliver Philips, de la Facultad de Geografía de Leeds, líder de la red de vigilancia forestal de RAINFOR en el Amazonas y coautor del estudio.
Resultados como los generados por el proyecto ofrecen una idea más completa de la situación y el futuro de los bosques tropicales ante el cambio climático. «Resulta fundamental no introducir más carbono en la atmósfera. También hay que tener en cuenta que los bosques son mucho más que “barras” de carbono. El aprovechamiento de éstas por sus habitantes, la diversidad de especies y otros muchos valores añadidos han de tenerse en cuenta a la hora de planificar estrategias de conservación para el siglo XXI. Centrarse en el carbono no bastará», advirtió el profesor Simon Lewis, también de la Facultad de Geografía de Leeds, fundador de la red de vigilancia forestal AfriTRON en África y coautor del estudio.
El proyecto T-FORCES concluirá de forma oficial en junio de 2017 y ampliará el conocimiento que se posee sobre la función de los bosques tropicales en el ciclo de carbono global tanto hoy en día como en el futuro. El proyecto recibió fondos del Consejo Europeo de Investigación por valor de casi 2,5 millones de euros.
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