Si bien el Acuerdo de París sobre el cambio climático supone un importante avance en la política climática internacional, de igual modo que ocurre con cualquier política en este ámbito, sus análisis se centran principalmente en atenuar la situación existente (compromisos nacionales sobre el clima, objetivos de temperatura a largo plazo, etc.). Sin embargo, todos los esfuerzos que se concentran en la atenuación dejan de lado consideraciones tales como los costes de adaptación y los daños residuales. Cuando la política sobre cambio climático no tiene en cuenta estos factores tan importantes, el resultado suele ser una desigualdad regional en la implantación de las iniciativas de atenuación.
En la actualidad, son muy pocos los estudios en los que se han analizado los planes de asignación de las cuotas de emisiones que hayan tenido en cuenta los costes de atenuación, los costes de adaptación y los daños residuales. Uno de estos estudios lo llevó a cabo una organización italiana, la Fondazione Eni Enrico Mattei (FEEM), junto con la agencia de evaluación medioambiental de los Países Bajos (PBL). Los resultados de este estudio, publicados recientemente y fruto del proyecto LIMITS, desvelan las posibles consecuencias de las políticas de atenuación y adaptación del cambio climático sobre las desigualdades que se dan a nivel global.
El equipo del proyecto LIMITS evaluó de forma rigurosa de qué elementos debería constar una política climática estricta, así como los recursos necesarios para sortear los obstáculos de mayor entidad. Por medio de los más avanzados instrumentos metodológicos y tecnologías, se evaluaron políticas climáticas a través de escenarios de atenuación y de adaptación, y se examinaron las implicaciones generales de las iniciativas actuales en relación con el cambio climático. La estrategia empleada en el proyecto LIMITS para comprender la política climática permite a los legisladores, incluidos aquellos que participaron en la Conferencia sobre el Cambio Climático de París, evaluar más eficazmente tanto los costes como las ventajas de objetivos ambiciosos en relación con el clima. También sentó las bases del estudio de FEEM/PBL.
Una visión más amplia de la equidad
El estudio demostró que la distribución de los daños y los costes de adaptación continúa siendo desigual, incluso en aplicación de una política de estabilización de dos grados, como la que se adoptó en virtud del Acuerdo de París. El equipo del estudio llegó a esta conclusión utilizando dos modelos de evaluación integrados para examinar cinco escenarios de políticas de reducción de emisiones. Asimismo, se compararon tres planes de iniciativas compartidas para repartir el esfuerzo global de atenuación: el mayor esfuerzo de atenuación se aplica donde los costes son inferiores; distribución del esfuerzo de atenuación para igualar los costes de atenuación regionales; y distribución del esfuerzo de atenuación para igualar los costes climáticos totales.
A partir de esta labor, los investigadores constataron que, si no se examinan los daños y la adaptación, se corre el riesgo de seguir aumentando las desigualdades ya existentes como consecuencia de las políticas de atenuación. A la luz de estos resultados, los investigadores concluyeron que un mercado mundial del carbono y un plan de comercio internacional sobre emisiones podría, en teoría, compensar a los países más afectados por estos esfuerzos de atenuación. Sin embargo, para adoptar esta medida, un instrumento de este tipo requeriría una visión más amplia de la igualdad que tuviese en cuenta de forma explícita las disparidades regionales en cuanto a los costes climáticos totales, incluidos los daños y la adaptación.
En el estudio también se indica que se deben realizar transferencias financieras complementarias para compensar los daños residuales y los costes de adaptación. No obstante, los investigadores señalan la dificultad de llevar esto a cabo. Por ejemplo, el Acuerdo de París reclama una política de atenuación ambiciosa para estabilizar los incrementos medios de la temperatura global por debajo de dos grados Celsius en comparación con los niveles previos a la industrialización. Pero según los investigadores, para alcanzar este objetivo, los daños residuales y los costes de adaptación aumentarán hasta niveles que rondarán los quinientos mil millones de dólares en el año 2050.
Integrar medidas de adaptación
Huelga decir que las consideraciones en torno a la igualdad en materia de política climática deberían tener en cuenta todos los elementos económicos asociados al cambio climático. La buena noticia es que las investigaciones como la del proyecto LIMITS están haciendo avanzar el debate mundial en torno al cambio climático en la dirección adecuada. De hecho, por primera vez, el Acuerdo de París incluye la adaptación como uno de sus objetivos globales a largo plazo.
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