Nuevos métodos para deducir la climatología antigua

Se han creado técnicas nuevas para determinar los periodos más cálidos y fríos de los últimos milenios que ya están ayudando a actualizar y modernizar el estudio del clima.

Los Andes chilenos constituyen una región de gran valor ecológico que está sometida a distintas presiones de índole climática. No se dispone de información climatológica fundamental sobre esta región que permita predecir los patrones meteorológicos a largo plazo, y esta deficiencia trataron de subsanarla los artífices del proyecto financiado con fondos europeos CHILE1000 (Chilean lake sediments as archives for climate variability during the past 1 000 years).

El equipo del proyecto trató de deducir la temperatura estival e invernal de los Andes chilenos durante los últimos mil años y de presentar esta información crucial en un contexto más amplio abarcando las perspectivas espacial, temporal y climatológica. Se trataba de una labor de singular importancia al no haberse efectuado suficientes estudios sobre los lagos de esta región, por lo que la comunidad científica estaba falta de datos paleontológicos de gran relevancia.

Empleando varias técnicas de nueva creación, el equipo del proyecto elaboró el primer recurso formativo de gran calidad en Sudamérica en relación con los quistes crisofíceos, que son unas esporas específicas halladas en los sedimentos de los lagos. Con ese fin se utilizaron colectores de sedimentos y termistores que permitieron analizar las características químicas del agua y examinar la temperatura. De esa manera se obtuvieron cuarenta y siete parámetros ambientales de relevancia ecológica en relación con veinticuatro lagos.

Seguidamente, el equipo trató de establecer correspondencias entre las formaciones de quistes crisofíceos y los parámetros ambientales valiéndose de análisis estadísticos avanzados. De este modo se consiguió un indicador muy preciso de las condiciones invernales del pasado. Después se dedujeron las condiciones pasadas durante el invierno y la primavera, remontándose hasta el año 160 d. C. en referencia a la laguna Escondida, ubicada en un lugar recóndito de los Andes.

Un hallazgo destacable es que el calentamiento reciente en la estación fría en esta región durante los últimos cuatro decenios no es un fenómeno excepcional si se observa un periodo de cien años o incluso de mil años. Aunque se observaron indicios claros de calentamiento después de 1980 (tendencia que se prolonga hasta la actualidad), ya se habían apreciado ejemplos de tal calentamiento en el último centenar de años. Ello contrasta con los registros del hemisferio norte, lo cual subraya la importancia de que las retrospecciones tengan siempre en cuenta las variables geográficas y estacionales.

Otro logro importante del proyecto es una reconstrucción muy detallada de la temperatura estival en la laguna Chepical, una masa de agua glacial situada en la zona central de los Andes chilenos. El proyecto ha sacado a relucir que el período más cálido en los últimos tres milenios se sitúa entre 1950 y 1970.

En definitiva, CHILE1000 ha contribuido a lograr adelantos tecnológicos en este campo y confirmado la utilidad de los quistes crisofíceos como indicador cuantitativo aproximado que ofrece fiabilidad. El proyecto ha proporcionado un recurso de formación para científicos y alumnos que incluye innovadoras técnicas de campo y de análisis estadístico. Son resultados muy positivos que se han recogido en varios artículos y revistas y que suponen una importante aportación a la paleontología y la climatología a escala mundial.

fecha de la última modificación: 2016-03-03 09:22:34
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