La calidad del aire en las proyecciones climáticas del futuro

La cuenca mediterránea es una de las regiones del mundo donde se prevé que se producirán efectos muy notables a raíz de cambios climáticos. Las autoridades políticas se afanan en mitigar el impacto del calentamiento global y de la contaminación implantando medidas destinadas a reducir las emisiones provocadas por el ser humano de gases de efecto invernadero y polutantes climáticos de vida corta como los aerosoles y los precursores del ozono.

La iniciativa financiada con fondos europeos MAQUIS (Mediterranean air quality in future climate scenarios) se dedica a determinar los efectos de cuatro niveles diferentes de emisiones sobre la calidad del aire, teniendo en cuenta el clima presente y el clima futuro posible.

Los investigadores cuantifican cómo se ven afectadas las concentraciones atmosféricas de ozono y de materia en partículas por distintos escenarios de emisiones y condiciones climáticas a través de una batería de simulaciones en un modelo.

Al calcular el impacto futuro de distintos niveles de emisiones, las autoridades políticas podrán ajustar sus estrategias de reducción de manera consecuente para lograr los objetivos regionales de calidad del aire.

Los resultados de MAQUIS apuntan a que, limitando las emisiones de polutantes en los Estados miembros de la UE, se mitigará el agotamiento estival del ozono sobre la mayor parte de Europa. Asimismo, esas ventajas podrán extenderse al este del Mediterráneo, el este de Europa y Rusia si se aplican políticas mundiales contra el cambio climático.

No obstante, la opción más beneficiosa consiste en integrar las políticas sobre cambio climático y calidad del aire para reducir en la atmósfera las concentraciones tanto de ozono como de materia en partículas. Mediante tales políticas se conseguirá mejorar sustancialmente la calidad del aire sobre la totalidad de Europa y la cuenca mediterránea.

Se ha conseguido una comprensión más precisa de las interacciones entre el clima y la calidad del aire que ayudará a determinar los factores más influyentes sobre la calidad del aire presente y futura bajo distintas condiciones climáticas futuras posibles. En consecuencia, los gobiernos podrán evaluar con mayor precisión la efectividad de sus políticas para la reducción de las emisiones y ajustarlas si conviene.