Cómo responden los líquenes al cambio climático

Una de las incógnitas más importantes que plantea el cambio climático es si las especies pueden responder a la modificación del clima con velocidad suficiente como para evitar su extinción. Para sobrevivir, las poblaciones deben ser capaces de adaptarse al cambio de su entorno, tolerarlo o migrar a un lugar donde las condiciones sean más benévolas.

Los líquenes no son organismos únicos, sino que se componen de algas o cianobacterias (o ambas cosas) en simbiosis con un hongo. Cumplen funciones importantes en los ecosistemas, como mediar en los ciclos de nutrientes, el suministro de alimento y como hábitats para microorganismos. Sin embargo, por ahora poco se sabe acerca de los efectos del cambio climático sobre los hongos que dan lugar a líquenes y sobre sus fotobiontes.

Algunos hongos liquenizados dan muestras de un flujo genético restringido o de una capacidad de dispersión limitada. Si no pueden tolerar las nuevas condiciones impuestas por el cambio climático, sufrirán un riesgo mayor de extinción por su incapacidad para modificar su hábitat. En consecuencia, es importante estudiar los patrones del flujo genético en los hongos liquenizados y también su potencial de adaptación a las variaciones del entorno.

El proyecto LICHENOMICS estudió Peltigera membranacea, un liquen que habita en suelos y que cumple un papel importante en los ciclos del carbono y el nitrógeno en numerosos ecosistemas de territorios septentrionales. Su propósito era determinar si P. membranacea es capaz de migrar a lugares más propicios y si puede afrontar una alteración de las condiciones del entorno mediante cambios en la expresión génica. Además, los investigadores participantes evaluaron si P. membranacea puede adaptarse a la alteración de las condiciones climáticas.

Valiéndose de marcadores microsatélites, se estudiaron diferencias genéticas entre las poblaciones de P. membranacea de dos zonas estudiadas de Islandia. Las pesquisas mostraron que las poblaciones fúngicas eran notablemente distintas, de lo que se desprende una migración escasa entre las dos ubicaciones y una capacidad limitada de sobrevivir a cambios medioambientales mediante una colonización de hábitats nuevos y lejanos.

Se sometió a especímenes de P. membranacea con acervo genético diferenciado a estrés térmico en el laboratorio. Seguidamente se cuantificó el nivel de expresión de los genes relacionados con la respuesta al estrés medioambiental. Los resultados demostraron que la expresión génica variaba sensiblemente en varios de esos genes en función de si las temperaturas eran altas o bajas. Se desprende, pues, que el liquen posee cierta capacidad para tolerar estrés proveniente de su entorno.

LICHENOMICS ofreció una visión más nítida de cómo responden los hongos liquenizados ante el cambio climático, y concretamente sobre su capacidad de adaptación a cambios en las condiciones y de propagación a nuevos hábitats. Los resultados generados por este proyecto ayudan a conocer más a fondo los efectos del cambio climático sobre las especies y los ecosistemas del planeta.

publicado: 2015-08-12
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