Una ventana de oportunidad para la reducción de CO2
Más del 60 % de la pérdida total de calor de los edificios se produce a través de las ventanas. Se prevé que cada vez cobren mayor importancia las tecnologías capaces de lograr una mejora sustancial de las propiedades aislantes de las ventanas, así como una reducción del precio de las mismas y de la huella de carbono asociada a su producción y uso.
Casi nadie pone en duda en la actualidad el hecho de que las actividades humanas prestan una contribución muy importante al cambio climático global. El consumo y la pérdida de energía asociada a los edificios influyen en gran medida en la emisión de gases invernadero y las ventanas son el principal culpable de que así sea. Los científicos que participan en el proyecto WINSMART, financiado por la UE, están desarrollando modelos mejorados de ventanas.
Por norma, el aislamiento de las ventanas es mucho peor al del resto de la fachada de los edificios, lo cual queda patente en los valores U más altos que se obtienen y que revelan un mayor grado de transmitancia térmica. El concepto WINSMART combina el acristalamiento aislante por vacío (VIG) con sistemas de control de la transmitancia óptica para reducir los valores U más de un 60 %, acercando la capacidad de aislamiento de las ventanas a la del resto de la envoltura del edificio.
El VIG es un concepto relativamente novedoso basado en su predecesor: el doble acristalamiento. La cámara ubicada entre ambos cristales queda evacuada hasta alcanzar menos de la millonésima parte de la presión atmosférica, siendo el vacío el encargado de evitar casi cualquier tipo de intercambio de calor por convección o conducción entre los dos cristales. En una primera fase, este equipo validó las técnicas de fabricación necesarias para producir el VIG.
Los científicos también están investigando la energía incorporada en los marcos de la ventana, es decir, el consumo total de energía de todos los procesos implicados desde la adquisición de la materia prima hasta el reciclaje y la eliminación. Se escogieron materiales convencionales sin tener en cuenta su energía incorporada. Tal cual se desprende del estudio, se puede lograr una importante reducción de la huella de carbono si se escogen mejor los materiales a emplear.
Por último, este consorcio de investigación está evaluando la incorporación de tecnologías de control de la transmitancia óptica en el VIG para facilitar el cambio de color (oscurecimiento) en respuesta a la intensidad de la luz incidente (fotocrómica) o a una corriente de bajo voltaje aplicada (electrocrómica). En una primera fase, este equipo de científicos seleccionó los materiales y definió su uso para los dispositivos planificados.
Adelantándose a la evaluación del ciclo de vida (LCA), los investigadores definieron la metodología de LCA y prepararon un inventario de LCA preliminar del sistema de ventanas propuesto. Esperan, con ello, poder desarrollar un modelo de ventana más ligero, menos caro y más eficiente en términos de energía y con menor nivel de energía incorporada. Su adopción para la retroadaptación de edificios antiguos o para su instalación en edificios nuevos resultará de vital importancia para la eficiencia energética de los edificios y su impacto en el cambio climático global.
publicado: 2015-04-13