El pasado turbulento del agujero negro de la Vía Láctea
Black_Hole_Milkyway, fot. By Deutsch: Ute Kraus, Physikdidaktik Ute Kraus, Universität Hildesheim, Tempolimit Lichtgeschwindigkeit, (Milchstraßenpanorama im Hintergrund: Axel Mellinger) English: Ute Kraus, Physics education group Kraus, Universität Hildesheim, Space Time Travel, (background image of the milky way: Axel Mellinger) [CC BY-SA 2.0 de (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/de/deed.en) or CC BY-SA 2.5 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5)], via Wikimedia Commons
Existen indicios sólidos de que la actividad de Sagitario A*, un agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia, era mucho más intensa hace tiempo. Astrofísicos financiados por la Unión Europea dedicados a la emisión de rayos en su entorno descubrieron indicios de cambios extraordinarios.
Tres telescopios espaciales dispuestos para observar el rango de ondas
de rayos X detectaron un aumento de las erupciones del agujero negro,
por lo general apacible, que se encuentra en el centro de la Vía Láctea.
La financiación ofrecida por la Unión Europea al proyecto HIGH-Z &
MULTI-λ (Multi-wavelength study of accretion onto black holes and its
evolution during cosmic times) ofreció la posibilidad de descubrir si
este comportamiento era normal o no.
Para vigilar el estado de Sagitario A* durante los últimos años, el equipo de astrofísicos combinó observaciones del satélite Swift y el Observatorio de rayos X Chandra de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio de los Estados (NASA) y el XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA). Se determinó que la frecuencia de aparición de erupciones era de diez días. No obstante, a principios de 2014, la frecuencia aumentó hasta una al día.
Es más, se observaron dos erupciones de rayos X brillantes en conjunción con las emisiones de una magnetoestrella, una estrella de elevada magnetización en una órbita cercana al agujero negro. Unas de las erupciones de rayos X surgidas en las cercanías de Sagitario A* fue la más intensa de las registradas. Este fenómeno raro y extremo ofreció al equipo la oportunidad de estudiar uno de los objetos más extraños de nuestra Vía Láctea.
La emisión de rayos X desde Sagitario A* se produjo a continuación de un tránsito cercano de una nube de gas y polvo de gran tamaño denominada G2. Que el corazón de la galaxia aumentase su actividad poco después del paso de G2 sugirió al equipo del proyecto la posibilidad de que parte de la materia de G2 podría haber causado un aumento en la intensidad de absorción del agujero negro.
A pesar de la labor realizada, qué provocó dicho repunte de la actividad seguirá por el momento envuelto en misterio. Aun así, las observaciones acumuladas resultan de gran valor debido a la gran cantidad de agujeros negros supermasivos en todo el Universo. En concreto, las observaciones de XMM-Newton se utilizaron para estudiar la variabilidad a largo plazo de una gran cantidad de núcleos galácticos activos.
La variabilidad de la emisión de rayos X es una de las principales características de la mayoría de los agujeros negros acretantes que también generan vientos potentes en momentos concretos de su vida. En el proyecto HIGH-Z & MULTI-λ se mostró que este comportamiento no es exclusivo de los agujeros negros acretantes, sino que también se observan en las estrellas de neutrones acretantes.
Dada su extraordinaria masa, la presencia de agujeros negros influye enormemente en su entorno. La mayoría de las teorías que se proponen explicar estos mecanismos aducen que la torsión del espacio-tiempo en su entorno se debe a aquellos objetos que caen en los agujeros negros supermasivos. En HIGH-Z & MULTI-λ se pudo observar por vez primera este tipo de procesos.
publicado: 2016-05-30