La observación del firmamento ha fascinado al ser humano desde que posó la vista en el cielo nocturno. La astronomía ha progresado enormemente desde aquellos primeros vistazos y los estudios sobre el Universo comienzan a responder a varias de las cuestiones fundamentales que se plantea la humanidad. Nunca antes se supo tanto sobre el nacimiento del Universo o la formación y evolución de las galaxias.
Se han identificado cientos de sistemas planetarios orbitando a 
otras estrellas. Los expertos predicen que pronto descubriremos planetas
 similares a la Tierra y probablemente indicios de vida en sus 
atmósferas. Uno de estos expertos es Seth Shostak, astrónomo sénior del 
SETI («Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre»), quien ha manifestado 
que se podría descubrir vida más allá de la Tierra en dos décadas si se 
diese mayor prioridad a esta búsqueda: «Me refiero a cualquier tipo de 
vida, incluida la de especies unicelulares y microscópicas, que son sin 
duda dominantes. Por supuesto, mi ilusión es dar con vida inteligente, 
con la que se pudiese entablar conversación».
Estos descubrimientos y exploraciones en curso no sólo resultan 
interesantísimos desde los puntos de vista científico, académico y 
filosófico, sino que también contribuyen de modos muy concretos a la 
vida diaria sobre la Tierra. Al menos esto es lo que consideran muchos 
europeos. Según una encuesta del Eurobarómetro publicada este año, casi 
seis de cada diez europeos consideran que las actividades espaciales 
contribuyen a la creación de empleo en la Unión Europea. También 
consideran que las tecnologías espaciales contribuyen a evitar peligros 
como los asteroides, los cometas o las colisiones con basura espacial.
A la labor de descubrimiento de nuevos sistemas planetarios y, en 
concreto, de alguno como la Tierra se dedican equipos de investigación, 
grandes infraestructuras científicas y tecnologías como los 
observatorios ópticos, de radio y de rayos cósmicos terrestres y las 
instalaciones de computación de gran capacidad. Europa no es una 
potencia menor en cuanto a excelencia astronómica, como lo demuestra el 
Observatorio Europeo Austral (ESO), dedicado a la construcción y la 
explotación de varios de los telescopios astronómicos terrestres más 
avanzados que existen.
En paralelo, el programa Horizonte 2020 de la UE fomentará la 
investigación espacial europea en los años venideros. La investigación 
espacial de la UE se considera, según este programa, una de las 
tecnologías industriales clave de Europa y destaca su potencial para 
impulsar la innovación y la competitividad del continente.
Esta edición de CORDIS Express repasa varios de los proyectos de 
investigación relacionados con la astronomía y la exploración espacial 
que hay en marcha en Europa.
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