Un informe destaca adelantos no espaciales de utilidad para futuras misiones al espacio
La Fundación Europea de la Ciencia (ESF) ha publicado un informe sobre «avances tecnológicos para el progreso científico». Aunque, como es sabido, el sector espacial es una de las principales fuentes de innovaciones beneficiosas para la sociedad, tanto la ESF como la Agencia Espacial Europea (ESA) tienen grandes esperanzas depositadas en tecnologías que no son estrictamente espaciales.
No es ningún secreto que una de las prioridades para Europa es la
inversión en el espacio. En total, los presupuestos anuales de la ESA y
de las respectivas agencias espaciales nacionales superan los 9 000
millones de euros, mientras que a través de Horizonte 2020 se dedicarán
otros 1 500 millones de euros a investigaciones espaciales. ¿Son
inversiones cuestionables? No hay que olvidar que, por ejemplo, el
sistema GPS de los Estados Unidos se diseñó en origen con fines de
vigilancia militar, pese a lo cual hoy en día todo el mundo puede
acceder a servicios de localización desde su automóvil o teléfono y,
para 2016, se calcula que el mercado relacionado con el GPS tendrá un
valor de 19 620 millones de euros. Lo mismo puede decirse de muchas
otras tecnologías creadas para el sector espacial pero que, en último
término, acabaron beneficiando al conjunto de la sociedad.
No obstante, el sector espacial se enfrenta a retos de complejidad
cada vez mayor que únicamente podrá sortear aplicando planteamientos no
convencionales. Y como dos (o más) cabezas piensan más que una, le
conviene seguir la pista a innovaciones surgidas en otros sectores y
entablar colaboraciones.
El informe de la ESF, titulado «Technological Breakthroughs for
Scientific Progress» (TECHBREAK), repasa cinco retos (o «factores
abrumadores») a los que se enfrenta el sector en la actualidad: reducir
la masa manteniendo la rigidez; construir aeronaves que duren más de
cincuenta años; situar un telescopio de más de treinta metros en el
espacio; lograr un estudio geofísico autónomo de los planetas; y
conseguir la permanencia de los humanos en el espacio durante más de dos
años (así como llegar a Marte). Dicho informe es fruto del proyecto
conjunto entre la ESF y la ESA llamado TECHBREAK, cuyo cometido es
prever el desarrollo de tales tecnologías pioneras con vistas a
habilitar misiones espaciales novedosas entre 2030 y 2050 y también
identificar colaboraciones valiosas mediante sinergias con entidades
especializadas en temas no espaciales.
El informe, de 116 páginas, describe la situación actual de la
investigación en varios campos y destaca innovaciones que conviene
seguir, conforme al concepto de la UE de las «tecnologías facilitadoras
esenciales» (TFE). Se subrayan las investigaciones en marcha en los
campos de la robótica, la hibernación, la vida sintética, la energía
fotovoltaica, la electrónica flexible, los nanomateriales, la impresión
tridimensional y las tecnologías de purificación del agua.
Para la ESA, mantenerse al tanto de los adelantos en estos campos,
siguiendo los canales de comunicación pertinentes, y ampliar sus usos
posibles mediante programas conjuntos podría ser la clave para sortear
los retos en este sector, según concluye la ESF.
publicado: 2015-01-23