Una gran detonación para instalar el «mayor ojo del mundo para otear el firmamento»
Es posible que más de uno oyera un gran estallido el jueves 19 de junio hacia las siete de la tarde. Su origen fue la detonación de explosivos para despejar la cima de una montaña chilena en la que se instalará el mayor telescopio del mundo, como denota su nombre, European Extremely Large Telescope (E-ELT).
La «víctima de la decapitación» fue el Cerro Armazones, de tres mil
metros de altura, en el Desierto de Atacama. Su perpetrador fue el
Observatorio Europeo Austral (ESO). Con dicha detonación se pretendía
eliminar casi un millón de toneladas de rocas, rebajando así su cima en
cuarenta metros. El llano resultante servirá como atalaya donde situar
el E-ELT.
Éste será un telescopio único cuyo espejo primario tendrá un
diámetro de treinta y nueve metros (cuatro veces superior al de los
mayores telescopios construidos jamás). The Guardian se refirió al
tamaño de este telescopio: «Captará luz unas quince veces más rápido que
ningún otro telescopio y generará imágenes dieciséis veces más nítidas
que incluso el telescopio espacial Hubble». Con él, se podrán efectuar
observaciones directas de planetas cercanos que orbiten otras estrellas.
Según Euronews: «El equipo científico del E-ELT opina que tendrá muchas
posibilidades de ser el primero en observar directamente puntos azules
diminutos como la Tierra, si es que los hay».
Dicha detonación efectuada en junio fue una etapa ínfima dentro de
un proyecto formidablemente ambicioso, ubicado en un terreno escabroso y
que se prolongará al menos un decenio. Las obras en el Cerro Armazones
destinadas a instalar el telescopio comenzaron en marzo de 2014 y
durarán dieciséis meses, según el plan. Las tareas incluyen la
construcción y el mantenimiento de una carretera asfaltada, la
construcción de una plataforma en la cumbre y la apertura de una zanja
de servicios hasta dicha cumbre.
Roberto Tamai, coordinador de proyectos en el ESO, informó a
Euronews que la construcción de este telescopio en Atacama (una de las
zonas más áridas y apartadas de la Tierra) supone una «pesadilla
absoluta». Pero el ESO sabe lo que hace; no en vano tiene precedentes en
la construcción de otros telescopios de nombres cómicamente explícitos
en este desierto chileno tan árido. El centro del ESO en el Paranal
(también en Atacama) acoge el Very Large Telescope (VLT).
Si el VLT fue un gran proyecto, el E-ELT no puede calificarse más
que de megaproyecto. Su «primera luz» está programada para 2024, cuando
asumirá, según el ESO, la colosal misión de abordar los mayores desafíos
de nuestro tiempo para la astronomía: «Se espera que este gigantesco
telescopio permita explorar regiones absolutamente desconocidas del
Universo, por eso será "el mayor ojo del mundo para otear el
firmamento"».
publicado: 2015-01-23