«Encontraremos vida en el espacio en este
siglo», afirmó el Dr. Seth Shostak, astrónomo sénior del SETI (Instituto
para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) en la Convención de
Innovación celebrada la semana pasada por la Comisión Europea. «Aparte
de la nuestra, existen otros 150 000 millones de galaxias, en cada una
de las cuales hay varias decenas de miles de millones de planetas
similares a la Tierra. Si nos encontramos en el único lugar del Universo
en el que ocurre algo interesante, se trata de un milagro. Y quinientos
años de astronomía nos han enseñado que, cada vez que uno cree en un
milagro, se equivoca».
¿Y cómo se descubrirá vida en el espacio? Shostak opina que se trata
de «una carrera entre tres caballos» que se decidirá en el plazo de los
próximos veinticinco años. Se encontrará cerca de la Tierra, en forma
microbiana, puede ser en Marte o en una de las lunas de Júpiter. La
segunda posibilidad consiste en que se hallen indicios de gases
generados por procesos biológicos, por ejemplo algo similar a la
fotosíntesis, en las atmósferas de planetas que orbitan otras estrellas.
La tercera posibilidad es que Shostak y su equipo del SETI capten
señales de vida inteligente gracias a las antenas inmensas que tienen a
su disposición.
La Dra. Suzanne Aigrain, catedrática de Astrofísica en la
Universidad de Oxford, que estudia planetas extrasolares (o exoplanetas,
esto es, planetas que orbitan estrellas que no son el Sol),
representaría el segundo caballo de la competición. Durante su
conferencia, Aigrain señaló que, según sus pesquisas, ella también
apuesta por que no estamos solos. «Estamos próximos a poder afirmar con
una buena dosis de certeza que [en el Universo] son bastante comunes los
planetas habitables como es la Tierra [...] Por eso cuando me preguntan
si creo en la existencia de vida en otros planetas, me decanto por el
sí como científica, porque las probabilidades de que así sea son
abrumadoramente elevadas».
La Dra. Aigrain y los grupos con los que trabaja vienen utilizando
la luz (o sea, radiación electromagnética) como instrumento primordial
para buscar planetas que giren en torno a otras estrellas. Se clasifican
como habitables aquellos planetas de un tamaño aproximado al de la
Tierra cuya temperatura en su superficie sea adecuada para la existencia
de agua en estado líquido sobre la misma. Los indicios delatores de
vida buscados por Aigrain y sus colaboradores son trazas de gas en la
atmósfera de exoplanetas cuya presencia sólo pueda estar justificada, en
teoría, por la presencia de una fuente biológica como sería la
fotosíntesis.
Entretanto, Shostak y los científicos de SETI buscan indicios de
vida en el Universo escudriñando posibles signos del uso de alguna
tecnología. Si este equipo llegara a descubrir transmisiones de radio
procedentes del espacio, Shostak asegura que provendrían de alguna
civilización más avanzada que la nuestra. «¿Por qué recalco que si nos
encontramos con E.T., vendrá de una sociedad más avanzada que nosotros?
Porque uno no va a captar señales de neandertales. Los neandertales de
los klingon no construían radiotransmisores con los que comunicarse».
Y si realmente llegásemos a encontrar vida en otros planetas o
interceptar una señal de radio, ¿cuáles serían las consecuencias? El
hallazgo de un microbio extraterrestre aportaría información profusa de
tipo biológico, pero también abriría un profundo debate filosófico. En
palabras del propio Shostak, «literalmente, lo cambiaría todo».
Source: Komisja Europejska
Documentos de referencia: Basado en la asistencia la Convención de Innovación europea