Determinar el modo de apoyar a quienes sufren trastornos alimentarios resulta complicado debido a que los mecanismos responsables de esos trastornos son complejos y a que en ellos influyen el restringirse más o menos de lo debido al comer, la intensidad del deseo de comer, las respuestas al estrés e impedimentos de tipo emocional. Además de estas dimensiones psicológicas está el impacto de la publicidad, las nociones aceptadas de control de porciones y las muchas dietas que se presentan como soluciones.
Un equipo de investigadores apoyado por la Unión Europea ofrece ayuda a aquellos que padecen trastornos alimentarios mediante la creación de tecnologías de smartphone para utilizar antes y durante el tratamiento. El proyecto NEWEAT aprovechó la abundancia de smartphones e internet para desarrollar una serie de
aplicaciones diseñadas para ayudar a este respecto, por ejemplo PsyDiary, con la que esperan mejorar el proceso terapéutico. A pesar de que aún es una herramienta de investigación, se espera ampliarla en un futuro.
En un estudio anterior con personas sanas, un miembro del equipo del
«Laboratorio sobre el comportamiento al comer» de la Universidad de Salzburgo, descubrió que ciertos comportamientos, como el estrés y las emociones, influyen en el modo de comer. Si las personas se estresan, no comen tanto por placer sino que lo hacen por hambre. En cambio, aquellos con tendencias bulímicas comen más por placer cuando se encuentran estresados.
Tal y como indican en el proyecto, el hambre no es el único factor que condiciona el modo en el que comemos; también influyen la autosatisfacción, las emociones negativas y el estrés. En paralelo, la presión social nos empuja hacia un ideal irrealista de belleza que provoca un control extremo en forma de dietas exageradas, y a su vez conflictos frecuentes entre los objetivos de salud a largo plazo (perder peso y comer saludable) y el placer a corto plazo.
Mediante mediciones neurocognitivas en un entorno de laboratorio y encuestas orientadas a la práctica a través de smartphones para conocer mejor los conflictos en las decisiones, las aplicaciones desarrolladas ayudan a los médicos a tratar mejor a aquellos cuya dieta puede estar frecuentemente condicionada por las emociones, la frustración, el estrés o el aburrimiento. Esta tecnología ayuda a comprender la base de la anorexia, la bulimia nerviosa (consistente en comer exceso para después expulsar el alimento), los trastornos de alimentación compulsiva y la obesidad. Según señalan desde el proyecto, esta información es fundamental para reducir la cantidad de afectados.
Sus investigadores trabajan para descubrir precursores del consumo excesivo y compulsivo de comida e intervenir antes de que se produzca dicho exceso. Por ejemplo, en uno de los estudios de NEWEAT se descubrió que se producen picos de antojos durante el día, esto es, el hambre aumenta a medio día o a la hora de la cena, generando un patrón en forma de eme mayúscula que se corresponde con estos antojos. En este sentido, los antojos por la mañana son de alimentos más sanos como fruta, pero con el paso del día se prefieren otros menos sanos como dulces.
El objetivo general del proyecto es crear una herramienta que no solo sirva para realizar tareas de vigilancia sino también para intervenir de manera oportuna. El equipo se propuso crear una aplicación para smartphone capaz de reconocer cuándo una persona que sufre un trastorno de la alimentación se encuentra en una situación que podría desencadenar un comportamiento compulsivo o un antojo. La aplicación indicaría al usuario qué comer. Los consejos diseñados específicamente para cada contexto podrían ofrecer sugerencias al usuario para que supere la tentación y abordar los estímulos que provocaron su impulso.
PsyDiary está disponible para
Android e
iOS.
Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto