Los sistemas robóticos teleoperados han evolucionado enormemente en los últimos años. Su objetivo es ofrecer servicios sanitarios a distancia, eliminando así la necesidad de que médico y paciente se encuentren en un mismo espacio físico. De lograrse se generarían beneficios extraordinarios para la calidad de vida de pacientes de zonas aisladas donde el acceso a especialistas es limitado, y al mismo tiempo permitiría que mayores y discapacitados mantuviesen su independencia.
Los beneficios son enormes, por ejemplo, acceso a asistencia sanitaria, uso más eficiente de los recursos humanos, reducción de costes e incomodidades, menor probabilidad de contagio de enfermedades entre pacientes y profesionales de la salud, etc. La telemedicina también podría desempeñar un papel fundamental a la hora de eliminar obstáculos a la asistencia sanitaria en países en desarrollo, zonas catastróficas, y regiones en guerra donde no se puede ofrecer una asistencia constante o no da tiempo a trasladar a un paciente al hospital.
La UE trabaja para aprovechar al máximo los beneficios de la telemedicina mediante distintos proyectos financiados con fondos europeos como por ejemplo REMEDI (Remote Medical Diagnostician).
Exploración abdominal a distancia
Un prototipo de robot es capaz de ejecutar una exploración física abdominal (valiéndose de sensores de humedad, temperatura y fuerza) y transmitir los datos a profesionales sanitarios. Creado en el proyecto REMEDI, el robot ensayado puede controlarse a cientos de kilómetros de distancia. En su desarrollo se han empleado tecnologías de telemedicina nuevas más allá de las tradicionales basadas en la teleconferencia utilizadas hasta ahora. En concreto, el robot está diseñado para palpar el abdomen del paciente y observar la rigidez de los órganos internos, procesar la opinión del paciente y ejecutar pruebas de imagen por ultrasonido.
Entre sus aplicaciones se encuentran los exámenes cardiacos y en su desarrollo se tuvieron en cuenta las opiniones de pacientes y médicos. Además de las capacidades de teleconferencia de alta calidad, el robot instalado en un hospital cuenta con un manipulador seguro y ligero que tiene instalado un cabezal avanzado dotado de sensores. En el robot puede instalarse además una sonda ultrasónica opcional y la interfaz remota (situada allá donde se encuentra el médico) posee capacidades sofisticadas de movimiento, visión activa y retroalimentación háptica. Los datos sobre rigidez ofrecidos por la retroalimentación háptica permiten al médico «sentir» el abdomen del paciente mediante una superficie especial montada en el brazo robótico.
El médico se sienta frente a tres pantallas. En una se muestra dónde se encuentra la mano del médico sobre el paciente, la segunda permite comunicarse directamente con el paciente y la tercera muestra las imágenes por ultrasonidos. Todos los datos combinados permiten al médico decidir si es necesario trasladar al paciente al hospital o es posible optar por otro tratamiento.
El robot está ahora instalado en un hospital de Polonia pero los científicos han mostrado el prototipo en congresos médicos en todo el planeta. En él han mostrado su interés médicos de Australia y Canadá, regiones en las que el traslado de un paciente del medio rural a la consulta o al hospital puede durar varias horas.
Para más información, consulte:
REMEDI (Sitio web del proyecto)