El presidente de Tesla, Elon Musk, y el de Google, Mustafa Suleyman, se encuentran entre los ciento dieciséis pioneros mundiales en el campo de la robótica y la inteligencia artificial que han redactado conjuntamente una carta abierta pidiendo a la ONU la prohibición del desarrollo y uso de las armas autónomas.
En diciembre de 2016, la ONU votó a favor de iniciar conversaciones formales sobre el futuro de este tipo de armas, que comprende tanques, drones y ametralladoras automáticas. Hasta la fecha, diecinueve Estados Miembros han solicitado la prohibición inmediata de estas armas.
Toby Walsh, profesor de inteligencia artificial de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, es uno de los promotores de la carta. Según se recoge en
el diario británico Independent, el profesor Walsh explica que, «Prácticamente cualquier tecnología se puede emplear con un buen fin o con un mal fin, y la inteligencia artificial no es ninguna excepción. Puede ayudar a resolver muchos de los problemas acuciantes a los que se enfrenta la sociedad actualmente: la desigualdad y la pobreza, los desafíos que plantea el cambio climático y la crisis financiera mundial».
«Sin embargo —prosigue Walsh—, la misma tecnología puede utilizarse también en las armas autónomas para industrializar la guerra. Tenemos que tomar decisiones hoy para elegir el futuro que queremos».
Publicada por
The Future Life Institute, la carta expresa lo siguiente:
«Las armas letales autónomas amenazan con convertirse en la tercera revolución de la guerra. Una vez plenamente desarrolladas, permitirán que los conflictos armados se libren a una escala nunca antes vista y en unos plazos más rápidos de lo que los seres humanos son capaces de asimilar».
«Pueden ser armas para el terror, armas que déspotas y terroristas utilicen contra poblaciones inocentes, y armas manipuladas para comportarse de una forma indeseable. No tenemos mucho tiempo para actuar. Cuando se abra esta caja de Pandora, ya será difícil cerrarla. Por ello, imploramos a las Altas Partes Contratantes que encuentren la forma de protegernos a todos frente a estos peligros».
La carta se presentó en Melbourne, Australia, en la Conferencia Internacional Conjunta sobre Inteligencia Artificial (IJCAI), que atrae a muchos de los principales investigadores mundiales en el campo de la inteligencia artificial. En 2015, en la pasada edición de la IJCAI, Walsh publicó
otra carta abierta en la que exhortaba a los países a no emprender una carrera armamentística basada en la IA. Hasta la fecha, esa carta anterior, que también portaba la firma del físico Stephen Hawking, ha sido suscrita por más de 20 000 personas, incluidos más de 3 100 investigadores de IA y robótica.
La «Conferencia de los Estados Partes encargada del Examen de la Convención sobre Prohibiciones o Restricciones del Empleo de Ciertas Armas Convencionales» de las Naciones Unidas acordó por unanimidad iniciar conversaciones formales sobre la prohibición de las armas autónomas. El grupo tenía previsto reunirse el 21 de agosto, pero, al parecer, el encuentro se ha pospuesto hasta el mes de noviembre, según la publicación de Internet
Fortune.