La cooperación con otras personas es una práctica habitual y beneficiosa, tanto en el ámbito laboral como en el personal. Trabajar en colaboración con compañeros permite a todos los miembros de un equipo beneficiarse de los puntos fuertes de los demás y sacar partido a los resultados.
No obstante, la experiencia revela que, cuando se trabaja en grupo o en asociación en lugar de hacerlo de manera individual, existe una mayor propensión a cometer actos deshonestos. Esto se debe a que, aunque pueda parecer lo contrario, a la hora de compartir los frutos resulta más fácil perseguir el beneficio personal justificando esta pretensión con engaños.
El proyecto BEHAV-ETHICS (From cooperation to dishonesty: How concern for others can lead to unethical behavior), financiado por la Unión Europea, está analizando dicha cuestión. En concreto, la iniciativa pone sus miras en determinar si el hecho de colaborar incrementa la preocupación por mejorar los resultados de los socios, así como el modo en que esto ocurre, dado que esta perspectiva puede propiciar la transgresión de las normas éticas.
Para poner a prueba el modelo desarrollado se emplearon patrones económicos experimentales de carácter social, psicológico y conductual. La iniciativa publicó los resultados, basados en los datos obtenidos. Estos muestran que cuando las personas se asocian son más propensas a mentir para beneficiar al grupo. También se descubrió que, en el caso de individuos que deben trabajar y transgredir las normas juntos, existe una mayor tendencia al engaño cuando todas las partes relacionadas se benefician por igual.
Los hallazgos derivados de la labor del proyecto pueden tener grandes implicaciones prácticas tanto para el público en general como para las organizaciones privadas en particular.