El mundo está viviendo una trascendental metamorfosis que afecta a los terrenos social, económico y medioambiental. Una iniciativa de la Unión Europea ha evaluado los efectos socioeconómicos de los cambios globales sobre la agricultura, la silvicultura, la energía, el transporte, el trabajo, la salud, las migraciones, la competitividad y el comercio en Europa.
El proyecto financiado con fondos europeos
GLOBAL-IQ
(Impacts quantification of global changes) ha aprovechado los
conocimientos adquiridos con su labor para determinar una serie de
estrategias de adaptación a los cambios mundiales y de atenuación de sus
efectos negativos. GLOBAL-IQ ha centrado su interés en el cambio
climático y en las novedades en cuanto a demografía y mercado de
trabajo.Con el objetivo de calcular el coste económico y los beneficios
de estos cambios, los socios del proyecto han recurrido a enfoques
cuantitativos y a la elaboración de modelos.
Su labor también ha incluido una revisión de los conocimientos ya existentes sobre tendencias globales, factores que influyen en los cambios, incertidumbres y repercusiones mutuas entre lo demográfico, lo económico, lo medioambiental y la cuestión de los recursos (climáticos, hídricos y de la tierra). Otro de los cometidos ha consistido en analizar, en lo referente a los países en desarrollo, las cuestiones de la contaminación del aire, la microgeneración de energías renovables por los hogares y las medidas de minimización de emisiones.
Estas áreas o sectores principales se utilizaron para mejorar y ampliar el ámbito de aplicación de las herramientas de creación de modelos, examinando los efectos socioeconómicos de los cambios globales y diseñando las oportunas estrategias de adaptación.
Asimismo, se compararon diversas situaciones hipotéticas sobre el impacto socioeconómico de los cambios mundiales, tanto a nivel de la Unión Europea como de distintos países y regiones. El objetivo de ello era determinar qué efectos tienen diferentes tipos de cambios. Mediante el uso de modelos económicos, el equipo del proyecto logró calcular el coste total de diferentes combinaciones de cambios globales.
GLOBAL-IQ también ha logrado delimitar las transformaciones socioeconómicas en sectores como la agricultura, la silvicultura, la energía, el transporte, las infraestructuras y el turismo. Ello permitió a los miembros del proyecto identificar la combinación óptima de estrategias de atenuación/adaptación y, en última instancia, calcular el coste total de adaptación a los cambios globales.
Por último, se formularon novedosas teorías sobre el riesgo y la ambigüedad, teorías que se sometieron a prueba gracias a las herramientas mejoradas de creación de modelos. Estas teorías son útiles a los actores interesados a la hora de analizar las políticas de minimización de daños y de cara a la adaptación a esos cambios.
GLOBAL-IQ ha aportado unos conocimientos muy necesarios sobre los efectos de los cambios globales, tan vinculados entre sí, que se constatan en la Unión Europea y fuera de sus fronteras; su contribución también ha consistido en formular las respuestas políticas idóneas para gestionar esos cambios.