La proliferación incontrolada del desarrollo urbano está dando lugar a niveles elevados de emisiones y de consumo de energía. Se necesitan con urgencia medidas políticas y estrategias de mitigación para hacer frente a ese crecimiento insostenible. Sin embargo, faltan datos acerca de esta intensificación de la movilidad y del transporte en las zonas residenciales de las afueras de las ciudades. Este es un primer paso necesario para hacer frente a las consecuencias negativas de la expansión urbana.
Gracias a la financiación de la UE, el proyecto «Trends in city expansion and transport: The non-sustainability of exurbia» (TENSE) examinó las tendencias demográficas y de transporte en las afueras de Londres, Nueva York, París y Tokio. En general, los objetivos eran proporcionar una investigación muy necesaria sobre los cambios en el transporte y el crecimiento urbano expansivo y evaluar los valores totales de las emisiones gases de efecto invernadero y del consumo de energía para transporte. También se abordaron políticas que quizás podrían ralentizar la expansión innecesaria.
Los socios del proyecto comenzaron por hacer un balance de la historia y la política de urbanismo en regiones próximas a suburbios de Londres y Nueva York, centrándose en sus respectivos sistemas de transporte. Los resultados muestran que en Nueva York los coches se usan para los desplazamientos con más frecuencia que en Londres.
Se llevó a cabo un estudio para suministrar nuevos datos sobre población, empleo, desplazamiento en medios de transporte y propiedad de automóviles en esas cuatro grandes ciudades. También se midieron los valores globales de las emisiones de carbono y del consumo de energía para transporte.
Los resultados revelan que el uso de coche y las emisiones per cápita son más del doble en la periferia urbana de Londres en comparación con su núcleo urbano. Del mismo modo, las zonas residenciales fuera de Nueva York son cuatro veces más dependientes de los coches que las zonas urbanas. Todos los resultados fueron contrastados entonces con los datos demográficos y de transportes existentes en Europa a escala regional.
TENSE demostró que las cuatro ciudades, de hecho, cada vez crecen más hacia adentro, más que hacia el exterior como se creía en un principio. La futura legislación y las medidas destinadas a establecer objetivos de reducción de emisiones y de consumo de energía en Europa y en todo el mundo tendrán que tener en cuenta estos resultados inesperados. Las políticas de transporte y de urbanismo regional también tendrán que tener presente el coche como el modo predominante de transporte.