Pese a que se ha incrementado el conocimiento científico y médico
referente a cómo reaccionar frente a grandes epidemias, las autoridades
sanitarias no consiguen aumentar las tasas de vacunación debido a que la
comunicación resulta ineficaz. Se desprende la necesidad de desarrollar
y adoptar estrategias de comunicación más adecuadas.
El proyecto
E-COM@EU (Effective communication in outbreak management: Development of an evidence-based tool for Europe), financiado por la UE, se propone investigar varios factores que influyen en las tasas de vacunación, tales como la percepción de la población y las comunicaciones oficiales en materia de riesgos. En última instancia, esta labor proporcionará a los responsables políticos un conjunto de herramientas de base empírica que se pueden adaptar a los requisitos de cada país europeo.
Los miembros del equipo comenzaron su trabajo elaborando una cronología de sucesos relacionados con la pandemia de gripe A/H1N1 —incluyendo el tratamiento por parte de los medios— en cinco Estados de Europa. Los resultados revelaron que el interés mediático no aumentó de manera proporcional al número de infectados, sino que se destacaron los principales acontecimientos basándose en su valor noticioso. Según recomendó el consorcio, las autoridades deberían contemplar la difusión de los medios como una fórmula para indicar al público dónde se puede obtener información fiable durante una epidemia.
Asimismo, la investigación puso de manifiesto que el momento de máximo interés por parte de los medios se produjo mucho antes de que la epidemia alcanzara su punto álgido. Este hecho explicaría la escasa percepción de riesgo y las deficientes tasas de vacunación. En este sentido, los investigadores propusieron que los mensajes de los medios de comunicación incluyan información sobre qué medidas adoptar, además de meros avisos de alerta ya que, de no ser así, generan pánico.
Un análisis conductual mostró que, a la hora de plantearse si seguir las medidas recomendadas, los ciudadanos no fundamentan su decisión exclusivamente en consideraciones racionales. Hasta la fecha, en las comunicaciones que se producen durante las epidemias no se ha prestado mucha atención a la vertiente emocional. Los modelos conductuales pueden ser de ayuda a este respecto. De cara a evitar que distintas autoridades aconsejen diferentes actuaciones en caso de pandemia, resulta necesario contar con recomendaciones comportamentales claras y congruentes.
Una revisión bibliográfica centrada en la percepción de riesgo durante la epidemia de A/H1N1 reveló que esta noción evoluciona con el paso del tiempo y difiere en cada región. Dado esto, es conveniente realizar un seguimiento de dicha percepción y adecuar la comunicación en consecuencia.
Los profesionales sanitarios deberían promover la vacunación contra la gripe, pero muchos de ellos no se vacunan. La tasa de vacunación entre estos profesionales podría incrementarse si se les concienciase sobre la responsabilidad que ostentan, si se facilita el acceso a la vacunación, ofreciendo incentivos y/o desincentivos, así como sirviéndose de modelos de conducta.
Los distintos grupos entre los que el número de vacunados es bajo tienen necesidades diferentes en lo que concierne a la información, el acceso y la asistencia. Los responsables políticos no deberían esperar a que se produzca el próximo brote para entablar con estos colectivos una comunicación constante a fin de crear vínculos, generar confianza y preparar planes informativos para estas situaciones.
Basándose en estos hallazgos, el equipo de E-com elaboró un conjunto de herramientas web destinadas a expertos en materia de salud pública que incluye instrumentos para revisar las medidas de preparación, hacer estimaciones sobre las tasas de vacunación y evaluar la percepción del riesgo por parte de la ciudadanía. Asimismo, se confeccionó un cartel infográfico denominado «Journey through a flu pandemic» y se desarrolló el prototipo de una aplicación para teléfonos inteligentes. Estos recursos pueden ayudar a elevar el grado de preparación para orquestar una comunicación eficaz en futuras pandemias.