Existe una necesidad acuciante de proteger diferentes estructuras como
puedan ser edificios gubernamentales, centros comerciales y estaciones
de tren y metro frente a amenazas terroristas relacionadas con
materiales químicos, biológicos, radiológicos y explosivos (QBRE). No
obstante, la tecnología y los conocimientos especializados en la materia
de los que se dispone en la actualidad no resultan todo lo eficaces que
cabría desear en lo relativo a evitar que se produzcan víctimas
mortales y heridos, daños materiales en edificios, así como la pérdida
de capacidad y servicios.
Gracias a la financiación de la UE, los investigadores del proyecto
«Safety and protection of built infrastructure to resist integral
threats» (
SPIRIT)
desarrollaron diversas herramientas destinadas a reducir la magnitud de
los daños, la destrucción y el trastorno en edificios de grandes
dimensiones tanto de nueva construcción como ya existentes.
Con el fin de determinar la vulnerabilidad de los edificios frente a
un atentado, se elaboró una metodología de evaluación de riesgos. A
partir de la misma se crearon herramientas destinadas a diseñadores y
constructores con las que ponderar y categorizar la vulnerabilidad e
identificar estrategias de mitigación eficientes y rentables.
Los miembros del proyecto compilaron una exhaustiva base de datos
sobre elementos de seguridad que ofrecen protección frente a materiales
QBRE, como puedan ser ventanas resistentes, un sistema retroadaptado
para los muros, pilares con capacidad para resistir explosiones, así
como sistemas de detección y filtración. Dicha información se puso a
disposición de la Comisión Europea, de diferentes gobiernos y grupos de
interesados en la materia. En la base de datos se refleja la
efectividad, el coste y el grado de mejora referentes a cada uno de los
productos.
Todos los resultados del proyecto se integraron en un instrumento de
evaluación de riesgos exhaustivo y basado en programas informáticos
cuyo desarrollo corrió a cargo de los investigadores. La herramienta
define en primer lugar las dimensiones, la distribución y los elementos
estructurales de un edificio de varias plantas, tras lo cual describe el
atentado hipotético con materiales QBRE. La información resultante
permite que los usuarios efectúen una estimación de los riesgos y los
efectos de este tipo de atentados para el edificio en cuestión.
La herramienta de SPIRIT brinda la posibilidad de ponderar una
amenaza en términos de daños estructurales, víctimas mortales y pérdidas
económicas. Estos datos pueden emplearse para adoptar contramedidas
tales como realizar mejoras estructurales, orquestar evacuaciones y
controlar la calidad del aire.
SPIRIT ha diseñado diferentes soluciones para incrementar la
seguridad de los ciudadanos que ocupan edificios de grandes dimensiones y
de construcción reciente tanto como resulte posible. Al incorporarse
los conceptos de ingeniería centrada en la seguridad y de protección
frente a ataques QBRE en las infraestructuras públicas y privadas, se
espera que los frutos del proyecto propicien una revolución en el
dominio de la seguridad de edificios.