Las opciones en el estilo de vida pueden influir en el modo en el que se almacena información en el encéfalo

La descripción del encéfalo de más de ochocientas personas ha permitido encontrar relaciones positivas entre el modo en el que nos comportamos y la forma en la que la memoria funcional puede ejecutar sus funciones.

Un equipo de investigadores ha ejecutado el primer estudio en el que se establece una relación entre la memoria funcional de una persona y su salud física y opciones de estilo de vida.

La memoria funcional es la capacidad para almacenar, actualizar y manipular información importante para un objetivo concreto. Es un concepto fundamental para la neurociencia cognitiva dado que trata con mecanismos de mantenimiento activo de la información y control cognitivo sobre los que se basan muchos comportamientos complejos.

También respalda otras habilidades cognitivas mayor orden como la inteligencia fluida —la capacidad para razonar y resolver problemas nuevos con independencia de un conocimiento previo—, el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones así como operaciones mentales de menor orden.

Para llegar a sus conclusiones, el consorcio de investigadores, compuesto por científicos de la Unión Europea y países asociados, estudió la actividad encefálica de más de ochocientas personas que ejecutaban una tarea concreta para generar un mapa encefálico de la memoria funcional. A continuación utilizaron un método estadístico conocido como «correlación canónica escasa» para estudiar las relaciones entre este mapa y ciento dieciséis mediciones de la capacidad cognitiva, la salud física y mental, la personalidad y las opciones en el estilo de vida.

Los resultados de su estudio se han publicado en la revista «Molecular Psychology». En la revista indican que «la inteligencia fluida es la que presenta una correlación positiva más intensa con los fenotipos de imagen neuronal de la memoria funcional». Este descubrimiento permite conocer mejor el modo en el que interactúan la inteligencia fluida y la memoria funcional. Sus resultados muestran que incluso cuanto se tienen en cuenta muchas otras variables, la inteligencia fluida sigue manteniendo una correlación sólida con la integridad funcional de la red de memoria funcional, lo que sugiere que estos dos constructos cognitivos se basan en mecanismos neuronales comunes.

Los investigadores encargados del estudio hallaron asociaciones positivas entre la memoria funcional y el rendimiento físico mayor y una mejor función cognitiva. Por otro lado, se percataron de una asociación opuesta entre factores menos deseables como un índice de masa corporal (IMC) mayor y opciones en el estilo de vida como el consumo asiduo de tabaco y el abuso del alcohol.

Estos descubrimientos también apuntan a la importancia de los factores de salud del comportamiento en estudios de neuroimágenes sobre la memoria funcional y ofrecen un marco para realizar intervenciones personalizadas y de sanidad pública dedicadas a la salud mental que cuenten con una base neurocientífica.

El estudio recibió fondos del proyecto IMAGEMEND (IMAging GEnetics for MENtal Disorders), un proyecto de amplio espectro dedicado a la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Los trastornos mentales son la principal causa de discapacidad, absentismo laboral y jubilación anticipada en Europa. El proyecto extrajo información del mayor corpus de datos de Europa que combina información de neuroimagen, genética, ambiental, cognitiva y clítica sobre trece mil personas e identifica las características del paciente que más importancia tienen para el tratamiento. También se propone extraer biomarcadores y normas decisorias que conduzcan a un diagnóstico automatizado por imágenes y ensayos predictivos diseñados para su distribución en toda Europa en condiciones clínicas estandarizadas.

Para más información, consulte:
Sitio web del proyecto
Página del proyecto en CORDIS

publicado: 2018-01-10
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