Durante el sueño profundo, millones de neuronas activan impulsos eléctricos en la corteza cerebral y las estructuras encefálicas subcorticales, lo que da lugar al fenómeno de las ondas lentas. Se trata de oscilaciones lentas que recorren la corteza a intervalos de entre uno y cuatro segundos. Ese es el tema de la investigación realizada en el seno de SLOW DYN, un proyecto financiado con fondos europeos. Su equipo, encabezado por científicos españoles, ha publicado un
artículo en la revista «Frontiers in Aging Neuroscience» en el que explican su interés por las oscilaciones lentas, que ofrecen información sobre la red subyacente y sus posibles patologías. Esas oscilaciones, escriben, proporcionan un paradigma unificador sólido para estudiar la función cortical.
En la misma revista se ha publicado un segundo
artículo en el que aseguran haber descubierto diferencias en ese proceso entre roedores sanos y personas que padecen un deterioro cognitivo causado por un envejecimiento prematuro como el provocado por el Alzheimer. Observaron una disminución de la frecuencia de las oscilaciones, que también eran más irregulares y presentaban un contenido menor de frecuencias altas, de entre quince y cien hercios.
Esa alteración se asemeja a un rasgo esencial de las anomalías observadas en los electroencefalogramas de los enfermos de Alzheimer. Por tanto, amplía los argumentos a favor de emplear como modelo de esa enfermedad a roedores con senescencia acelerada.
Las ondas lentas, un posible barómetro de la salud encefálica
Las enfermedades que afectan a los circuitos corticales suelen comportar alteraciones de las ondas lentas. Según declaró al portal virtual de noticias científicas
Science Daily Mavi Sánchez Vives, directora del grupo de sistemas neurocientíficos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS, Barcelona): «Estamos indagando si esos cambios delatan alteraciones de los mecanismos subyacentes». Las alteraciones de las ondas pueden estar asociadas a alteraciones del sueño, y ello puede afectar, a su vez, a la memoria y la atención e influir en la evolución de alguna enfermedad.
SLOW DYN (Slow Wave Dynamics: from experiments, analysis and models to rhythm restoration) forma parte del Human Brain Project (HBP), financiado en el marco de la ERA-NET sobre iniciativas emblemáticas en tecnologías emergentes y futuras (FET Flagships). Con encefalografía y otros medios, los investigadores examinan la actividad encefálica de los individuos del estudio mientras duermen a fin de elaborar un modelo realista y limitado por datos de la generación de oscilaciones lentas.
El proyecto tiene el propósito de reunir información sobre la composición del sueño, la sincronización de las actividades encefálicas y las anomalías que pueden ocurrir como consecuencia del envejecimiento o de enfermedades concretas. Los investigadores confían en que los registros obtenidos permitan esclarecer la posibilidad de restablecer las ondas lentas si presentan disfunciones, con fines terapéuticos. «Tratamos de entender un fenómeno que, aunque puede parecer muy simple, podría llegar a "desconectar" la consciencia», señaló Sánchez Vives.
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