Hasta ahora el virus H5N1, también llamado la gripe aviar, solo ha afectado a quienes han entrado en contacto directo con aves portadoras del mismo. Sin embargo, si el virus mutase y lograse contagiarse entre personas, el panorama sería bien distinto. Ahora, con el fin de entender con mayor precisión lo que podría ocurrir, unos científicos han creado una mutación que permite al virus infiltrarse en los pulmones del ser humano.
El profesor James Paulson, del Scripps Research Institute de California, dirigió a un equipo de investigadores que trabajó con una proteína clave, la cual se encuentra dispersa por la superficie del virus y permite que se una a las células que va a infectar. No llegaron a modificar el virus en sí, ya que ello plantearía el riesgo de una pandemia mundial, en caso de que el virus modificado consiguiera escapar o fuera liberado intencionadamente.
La revista científica «Journal of Public Library of Science Pathogens» publicó este estudio, según el cual, a diferencia de las proteínas que unen el virus en estado natural a las células hospedadoras, la proteína mutada fue capaz de adherirse a células de la tráquea humana. Ello indicaría que las alteraciones realizadas en la programación genética de dicha proteína hicieron que dejase de especializarse en células aviares y pudiese unirse a células humanas.
El profesor Paulson informó que los virus de la gripe aviar recubiertos de la hemaglutinina modificada (la susodicha proteína) podrían ser capaces de infectar a células humanas del mismo modo que la gripe humana. No obstante, y pese a ser posible, este es un extremo muy improbable (por fortuna). Explicó los motivos de ello en declaraciones al periódico británico «The Independent»: «Para un virus es muy fácil realizar una sola mutación; dos mutaciones ya son mucho más difíciles. Tres serían más complicadas aún. Así que nos tranquiliza saber que esta transformación precisó de tres mutaciones».
En el mismo
artículo, la profesora Wendy Barclay, catedrática de virología de la gripe en el Imperial College de Londres, se pregunta si el virus sería capaz de repetir esa transformación en la naturaleza. Es esencial determinar qué mutaciones tiene que materializar el virus para ser infeccioso entre humanos. Esta labor, según explicó la profesora Barclay, podría ayudar a formular una vacuna que previniera una pandemia de la magnitud de la peste negra (que mató a setenta y cinco millones de personas en el siglo XIV). Los avances científicos y sanitarios nos proporcionan recursos más amplios que nunca, pero las vacunas serían un elemento clave del arsenal para combatir una pandemia así.
«Predecir qué virus de la gripe será el que provoque la siguiente pandemia en humanos reviste interés tanto para la ciencia como para la salud pública. No podemos permitirnos formular vacunas contra todas las variedades posibles, así que sabiendo cuáles son los que deben preocuparnos, podremos concentrar adecuadamente nuestros esfuerzos y fondos», aclaró.
La investigación deparó otra conclusión que también parece tranquilizadora. Las mutaciones necesarias para que el virus pudiera adherirse a las células de la tráquea humana hicieron que la proteína perdiera estabilidad, y esta inestabilidad —conforme a estudios anteriores sobre el H5N1— dificulta que éste pase de un hospedador a otro.