En la revista científica «Nature Immunology» se ha publicado un artículo que explica que el equipo científico dio con un paciente de doce años de edad que había padecido desde su nacimiento infecciones reiteradas con peligro para su vida. Este paciente tenía seis hermanos, y tres de ellos habían fallecido antes de cumplir los dos años, aparentemente por un mal similar. Los científicos sospecharon que la causa podía ser una enfermedad genética. «En efecto, nuestros análisis de los genomas del paciente y sus progenitores confirmaron que la afección que padecía el niño se debía a una causa genética», indicó la Dra. Elisabeth Salzer, primera firmante del artículo.
Concretamente, dicha causa consiste en un error localizado en el gen RASGRP1 que lo deja inactivo. Es una mutación nunca antes documentada. Los padres y los hermanos sanos son portadores de una copia mutada del gen y de otra copia normal que compensa el defecto del mismo. En cambio, el paciente indicado heredó una copia mutada de cada uno de sus progenitores.
En consecuencia, sufre de una inmunodeficiencia primaria que consiste en una combinación nueva de defectos en componentes esenciales del sistema inmunitario, concretamente, en los linfocitos T y B y en las células asesinas naturales. Hasta ahora no se había estudiado la función desempeñada por RASGRP1 en los humanos.
Con el propósito de determinar los mecanismos que podrían ser los causantes de la incapacidad de este paciente para hacer frente a infecciones, el equipo de IMMUNOCORE, radicado en Viena (Austria), colaboró con el laboratorio del Dr. Jordan Orange del Baylor College of Medicine de Houston, Texas. En palabras del propio Orange: «Las características clínicas del paciente sugerían que algunos de los mecanismos inmunitarios defectuosos propios de su enfermedad eran del tipo que venimos estudiando en nuestro laboratorio. Aplicamos nuestros conocimientos sobre imagen cuantitativa y de alta resolución para estudiar los efectos de la mutación de RASGRP1 en las células asesinas naturales».
Los investigadores del Baylor College determinaron que RASGRP1 está implicado en las funciones de la dineína en las células asesinas naturales. La dineína es una proteína motora, es decir, cumple el papel de trasladar elementos en el interior de las células. Según explicó Orange: «Al igual que los vehículos a motor que transportan a la gente en una ciudad, las proteínas motoras —como la dineína— transportan distintos componentes de las células allí donde se necesitan. Las células asesinas naturales dependen enormemente del sistema de transporte orquestado por la dineína para poder secretar venenos sobre células muertas (células infectadas por virus, por ejemplo) y destruirlas. En esta enfermedad, dichos "vehículos a motor" no funcionan adecuadamente. Por tanto, el veneno no se puede trasladar hasta las células infectadas por virus, y en consecuencia el paciente no puede librarse de las infecciones».
Los estudios realizados en el laboratorio del Dr. Orange sacaron a relucir un vínculo funcional entre los defectos en las células asesinas naturales y la dineína. Ello, sumado a otras observaciones, animó al equipo austriaco de IMMUNOCORE a tratar al paciente con el fármaco lenalidomida. Este fármaco mostró un potencial claro para remediar algunos de los efectos de la mutación de RASGRP1.
«El proceso al completo —desde el descubrimiento de un defecto genético como causa de una enfermedad rara, pasando por la exploración del mecanismo causante de esta, hasta el desarrollo de una terapia personalizada— hace mucho más que simplemente ayudar a los pacientes afectados en concreto», señaló el Dr. Kaan Boztug, autor de más experiencia del artículo. «Prácticamente, cada caso, como el de la inmunodeficiencia de este menor, proporciona conocimientos nuevos y profundos sobre el organismo humano y supone un paso más hacia la medicina de precisión del futuro».
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