Un equipo de científicos ha desarrollado nuevas herramientas de diagnóstico de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, y ello ha permitido avanzar en el control y la predicción de la propagación de la enfermedad en Europa.
Se observa un aumento de los brotes de Fiebre Hemorrágica de
Crimea-Congo (CCHF) en Europa. Se trata de una enfermedad transmitida
por garrapatas con una tasa de mortalidad de hasta un 30 %. A pesar de
ello, apenas se conocen los procesos de migración del virus de la CCHF y
no existen tratamientos validados disponibles ni vacunas preventivas.
El propósito del proyecto financiado con fondos europeos
CCH FEVER (Crimean Congo Hemorrhagic Fever; modern approaches to diagnostics, surveillance, prevention, therapy and preparedness) es desarrollar herramientas eficaces para diagnosticar, controlar y prevenir la propagación de esta enfermedad tan contagiosa.
Los científicos desarrollaron herramientas de diagnóstico y monitorización con el fin de predecir el movimiento de los brotes de CCHFV en Europa y en países limítrofes con el tiempo. El proyecto además diseñó nuevas posibles vacunas para la CCHFV y nuevos métodos de detección de nuevos fármacos antivirales.
El proyecto CCH FEVER organizó una red de expertos de Europa, Asia, Estados Unidos y África a partir de un campo de investigación que hasta entonces era menos amplio y más limitado en cuanto a capacidades. Además, reunió recursos globales para crear un biobanco de muestras clínicas y una base de datos a partir de datos clínicos, de laboratorio y vigilancia.
Dado que la CCHF es una enfermedad emergente transmitida por vectores que puede ser epidémica, el nuevo conocimiento obtenido por este proyecto es de gran interés para salud pública. CCH FEVER podría proporcionar las herramientas que necesitan las autoridades de la salud europeas y locales para prevenir brotes en el futuro y para monitorizar la propagación del virus.