Los avances de la medicina moderna conllevan un incremento sustancial en la esperanza de vida de la población de la Unión Europea, sumida en un proceso de envejecimiento, al salvar a pacientes que padecen enfermedades que con anterioridad resultaban mortales. No obstante, a raíz de ello se ha incrementado el número de personas que padecen afecciones crónicas.
La gestión de enfermedades crónicas representa un gran desafío para el
ámbito de la asistencia sanitaria en la UE. Los pacientes pueden padecer
una o varias afecciones crónicas de forma simultánea —lo que se conoce
como multimorbilidad—. La falta de correspondencia entre los
conocimientos médicos y el tratamiento de enfermedades crónicas se
materializan en peores pronósticos para los pacientes.
El proyecto financiado con fondos europeos
TICD (Tailored implementation for chronic diseases) tenía el cometido de desarrollar métodos mejores para aplicar los conocimientos disponibles para el cuidado de afecciones crónicas. Durante cuatro años, sus artífices realizaron un estudio en el cual aplicaron su estrategia de investigación empírica a cinco enfermedades en cinco sistemas sanitarios distintos: las enfermedades cardiovasculares en los Países Bajos, la obesidad en Inglaterra, la depresión en Noruega, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica en Polonia y la multimorbilidad en Alemania. Estas patologías crónicas se caracterizan por una prevalencia elevada en la población, por ser enfermedades que suponen una gran carga y un abultado coste tanto para los pacientes de forma individual como para la sociedad.
Las intervenciones de implantación adaptadas (tailored implementation interventions) son estrategias destinadas a propiciar cambios en la práctica clínica que están relacionadas con la opinión de diversos grupos de interesados sobre las trabas que dificultan dichos cambios. El equipo del proyecto indagó en la validez y la efectividad de adaptar los métodos y los modelos en cinco grupos de ensayos aleatorios.
Se definieron cincuenta y siete determinantes de la práctica en siete dominios, en más de cuatrocientos estudios descriptivos sobre métodos. También se actualizó la revisión sistemática Cochrane sobre estrategias de implementación adaptadas con la inclusión de treinta y dos ensayos aleatorios. Diversos profesionales de la salud, responsables de mejorar la calidad, compradores de asistencia e investigadores dedicados al ámbito sanitario participaron en entrevistas grupales realizadas en los cinco países objeto de estudio con el fin de optimizar la asistencia que se brinda ante diferentes patologías crónicas. Los determinantes identificados se clasificaron principalmente en tres dominios: factores relacionados con los profesionales sanitarios de forma individual, factores relativos a los pacientes e interacciones profesionales.
Cabe asimismo destacar que se desarrollaron programas de implantación adaptada para mejorar la asistencia sanitaria que se ofrece ante distintas afecciones crónicas. Estos programas, evaluados en cinco grupos de ensayos controlados aleatorios, mostraron que la implantación adaptada mejoraba varios aspectos de la asistencia sanitaria, aunque no los resultados primarios definidos previamente. La evaluación incluyó detectar determinantes de cambio en el tratamiento de enfermedades crónicas y analizar tanto la validez y la eficiencia de los métodos adaptados como la relación que existe entre diferentes actividades de implantación.
El análisis mostró que la validez de los métodos de adaptación era elevada, si bien hay que mejorar la aplicación de las intervenciones escogidas para lograr un mayor impacto. TICD ha diseñado un conjunto nuevo de cuestiones de relevancia internacional para determinar la efectividad de la metodología. Pueden aplicarse a la implantación de prácticas de base empírica en general.