Un estudio sobre la biología celular de la diabetes

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la cifra de personas que padecen obesidad o diabetes en todo el mundo se sitúa en torno a los dos mil millones. De cara a encontrar una cura, resulta necesario retomar desde el principio la investigación centrada en la biología celular de estas patologías.

Cuando la ingesta calórica supera al consumo de manera habitual, el excedente se almacena a modo de tejido adiposo, lo que provoca obesidad. Esta condición supone un factor de riesgo de padecer diabetes, enfermedad asociada a unos niveles elevados de glucosa en sangre y a una producción reducida de insulina.

En personas sanas, la insulina mantiene los niveles de azúcar en sangre dentro del rango fisiológico. Sin embargo, en pacientes con obesidad esta hormona no consigue disminuir dichos niveles tanto como sería necesario. Este trastorno se denomina resistencia a la insulina y deriva progresivamente en unos niveles insuficientes de la hormona, originando la diabetes.

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure la diabetes. No obstante, estudios recientes apuntan a la capacidad de varias hormonas intestinales para controlar el peso corporal y los niveles de glucosa en sangre, entre ellas el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1). Estas hormonas las segregan unas células intestinales especializadas —denominadas células L— tras las comidas y actúan sobre diversos tejidos, entre ellos algunos propios del cerebro y el páncreas, para indicar la ingesta calórica. A día de hoy ya se están empleando tanto agonistas del GLP-1 como enzimas degradadoras de este péptido para tratar la diabetes.

El proyecto TRAFALOGY (Functional analysis of transcription factors in L-cell biology), dotado con financiación de la Unión Europea, se propuso caracterizar la expresión génica y proteica de las células T. Los científicos efectuaron un análisis in vitro para definir posibles reguladores de la mitosis, la apoptosis, la diferenciación y la secreción de GLP-1 en este tipo de células. Los resultados corroboraron la capacidad de los ácidos grasos para estimular la secreción de GLP-1 in vitro y permitieron identificar posibles reguladores de estos procesos.

También se llevaron a cabo estudios relacionados con la sobreexpresión con el fin de obtener información sobre la función de los genes candidatos y de los mecanismos moleculares que controlan su actividad. Los datos generados con estos experimentos podrían contribuir a definir las vías moleculares que influyen en las funciones de estas células de gran relevancia metabólica y la viabilidad de su empleo.

Dejando al margen el valioso conocimiento relativo a las características biológicas de las células L, los hallazgos realizados por el estudio TRAFALOGY serán de utilidad de cara a desarrollar novedosos tratamientos para combatir la obesidad y la diabetes.

publicado: 2016-03-24
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