La tasa de trasplantes de órganos ha mejorado considerablemente a lo largo de los años, pero el uso de fármacos inmunosupresores está relacionado con importantes efectos secundarios. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad renal en fase terminal, potencialmente mortal, el tratamiento a largo plazo con fármacos inmunosupresores puede conducir al rechazo crónico del riñón trasplantado, a la aparición de infecciones y al desarrollo de cáncer.
El proyecto financiado por la Unión Europea
THE ONE STUDY (A unified approach to evaluating cellular inmunotherapy in solid organ transplantation) llevará a cabo ensayos clínicos para determinar si el empleo de células inmunes reguladoras en pacientes sometidos a un trasplante de órgano podría reducir la necesidad de emplear fármacos inmunosupresores. En este sentido, los socios participantes han trabajado con el objetivo de obtener la autorización pertinente para diferentes productos basados en células reguladoras conforme a las condiciones de buenas prácticas de fabricación y, posteriormente, probarán estos en un ensayo clínico coordinado.
Hasta el momento, el grupo de investigación principal ha inscrito a setenta pacientes sometidos a un trasplante de riñón de un donante vivo y estos han sido tratados con un régimen estándar inmunosupresor. El ensayo clínico del tratamiento basado en la terapia celular es un esfuerzo colaborativo entre distintos socios europeos e implica la administración de células T reguladoras, células dendríticas o monocitos a dosis cada vez mayores en pacientes trasplantados. Las actividades en marcha también abordarán el estudio de los mecanismos más comunes y singulares de la acción supresora de diferentes poblaciones de células reguladoras.
Para llevar a cabo un seguimiento del destino y de durabilidad de las células administradas, los socios del consorcio han desarrollado una novedosa técnica que emplea la ablación láser acoplada a la espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo en combinación con el marcado con oro y gadolinio. Hasta el momento, este método solo ha sido probado a nivel preclínico en modelos experimentales animales.
Los resultados del proyecto THE ONE STUDY deberían proporcionar productos de terapia celular que mejorarán significativamente los resultados de los pacientes que reciben un trasplante y reducirán los costes sanitarios asociados. El conocimiento generado sobre los mecanismos de acción de cada tipo celular ayudará a adaptar el tratamiento para maximizar el beneficio clínico.