Una vacuna sólida y resistente al calor para facilitar los procesos de inmunización

Investigadores, financiados con fondos europeos se han propuesto sustituir las vacunas líquidas y liofilizadas por nuevos candidatos en estado sólido. Si tienen éxito, su investigación permitirá la producción a gran escala de vacunas virosomales nuevas con mayor estabilidad y periodo de validez así como vías de administración menos invasivas.

Actualmente, la vacunación es el método más eficaz para erradicar enfermedades. Su uso generalizado ha permitido reducir la incidencia de enfermedades como la hepatitis A, la poliomielitis, la rubéola, el tétanos o la varicela en un 90 % frente a la época en que se carecía de este tipo de medicamento.

No obstante, uno de los principales problemas para los profesionales sanitarios radica en la inestabilidad de estas preparaciones biológicas. Las vacunas deben transportarse en forma líquida o liofilizada. Además, durante su manipulación es necesario respetar firmemente la cadena de frío así como mantener escrupulosamente su seguridad y eficacia. Por último, es fundamental evitar una respuesta inmunitaria indeseada o una protección insuficiente. Dado que factores como el calor, la luz, las radiaciones o los cambios en el ambiente pueden afectar a los componentes de las vacunas, el equipo financiado bajo el marco del proyecto MACIVIVA pretende solucionar el problema con la creación de vacunas resistentes.

«Más del 90 % de las vacunas dependen de la cadena de frío, lo que reduce considerablemente su disponibilidad, eficacia y coste en los países en vías de desarrollo. Por consiguiente, es imperativo innovar y crear vacunas estables a cualquier temperatura», explicó Ronald Kempers, director general del Mymetics, empresa con sede en Suiza asociada al proyecto. El fundamento de este proyecto dotado con 9 millones de euros —financiado parcialmente por Horizonte 2020 con alrededor de 5,3 millones de euros— es que en una vacuna sólida (por ejemplo, en forma de polvo) se podría eludir el movimiento molecular y la degradación por cizallamiento así como ralentizar los procesos de degradación producidos por el agua y los radicales libres del oxígeno.

Para ello, en MACIVIVA se investigarán nuevas formulaciones para vacunas virosomales. Se analizarán exhaustivamente excipientes y métodos de estabilización y secado a fin de generar nuevas vacunas sólidas de fácil autoadministración. A continuación se pretende obtener volúmenes mayores de las vacunas nanofarmacéuticas termoestables e independientes de la cadena de frío más prometedoras. Se espera que en el mes cuarenta y dos del proyecto se hayan diseñado procesos de fabricación eficaces de virosoma en forma de polvo seco para administración nasal, oral y sublingual (vías no invasivas).

«Nos agrada la perspectiva de trabajar con los miembros del consorcio para aunar esfuerzos dirigidos a obtener el prometedor candidato a vacuna virosomal anti-VIH, con el objetivo global de poder ampliar la escala y extrapolarlo a todas nuestras vacunas virosomales», afirmó el coordinador del proyecto MACIVIVA, Sylvain Fleury.

En el consorcio interdisciplinario participan pymes innovadoras con larga trayectoria así como expertos industriales líderes en el mercado con gran experiencia y conocimiento en el campo de los virosomas, la liofilización y el secado por atomización, la fabricación a gran escala y el envasado.

Si se alcanza el objetivo fijado, se crearán vacunas más estables y con mayor periodo de validez y se favorecerá la comodidad para los pacientes gracias a la introducción de vías de administración no invasivas. Además, se espera sentar las bases para la producción a gran escala de otros productos nanofarmacéuticos termoestables para vacunas tanto terapéuticas como profilácticas así como otras posibles aplicaciones.


publicado: 2015-04-29
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