La DMD es una enfermedad muscular degenerativa progresiva originada por 
la falta de la proteína distrofina. La pérdida de distrofina conduce a 
la inflamación del músculo y al reemplazo de este por tejido fibroso.
A pesar de su diagnóstico prenatal, la incidencia de la DMD es de 
uno por cada cinco mil nacimientos, debido sobre todo a la aparición de 
nuevas mutaciones que se originan en el gen que codifica para la 
distrofina. Este gen es el más grande que se conoce y presenta setenta y
 nueve regiones codificantes para proteínas denominadas exones. Las 
mutaciones en uno de estos exones afectan a la integridad estructural 
del gen, necesaria para la producción de la proteína en su forma 
funcional.
En la distrofia muscular de Becker (BMD), las mutaciones en el gen 
que codifica para la distrofina todavía permiten la producción de la 
proteína distrofina, más corta pero funcional, y la mayoría de los 
pacientes son capaces de caminar y tener un esperanza de vida normal. 
Esto es debido a que, aunque faltan algunos exones, el resto de exones 
permanecen ensamblados en el gen.
En base a esta observación, los investigadores han desarrollado un 
método conocido como omisión del exón que, en esencia permite a la 
maquinaria celular omitir la lectura del exón mutado. Para tal fin, se 
emplean oligonucleótidos como parches moleculares para producir una 
versión más pequeña de la proteína distrofina.
El trabajo previo de los miembros del proyecto financiado por la Unión Europea 
SKIP-NMD
 logró demostrar con éxito el resultado terapéutico de la omisión del 
exón 51 en ensayos clínicos con niños varones con DMD. El objetivo del 
proyecto SKIP-NMD es proseguir este trabajo con otros niños con DMD y 
llevar a cabo la omisión del exón 53.
Después de completar la secuencia óptima del oligonucleótido 
antisentido, los investigadores han llevado a cabo estudios 
toxicológicos y farmacológicos para preparar el ensayo clínico. Se ha 
desarrollado una directriz de buenas prácticas para la fabricación de 
oligonucleótidos antisentido y se he remitido un protocolo de ensayo 
cínico para su autorización. El estudio también validará nuevos 
indicadores que proporcionan información del resultado clínico y 
evaluará como elementos para el seguimiento de la intervención 
terapéutica el papel de las técnicas de obtención de imágenes del 
músculo por resonancia magnética y espectroscopía y de los niveles de 
biomarcadores en el suero sanguíneo.
Aunque la terapia con oligonucleótidos antisentido no es una cura y,
 para que la terapia sea eficaz, esta debería administrarse a intervalos
 regulares a lo largo de la vida, se espera que esta novedosa 
intervención terapéutica favorezca una disminución del daño muscular y 
reduzca el avance de la enfermedad. Además, se espera que el ensayo 
clínico del proyecto SKIP-NMD proporcione nueva información sobre la 
eficacia del uso de este ARN como molécula terapéutica y establezca la 
base para un seguimiento no invasivo del avance y desarrollo de la 
enfermedad.