Conocer las causas de la epilepsia en humanos constituye la única vía para evitar la progresión de esta enfermedad. Por ello, un grupo de científicos europeos estudió los genes implicados en la aparición de epilepsia con el propósito de diseñar tratamientos novedosos.
 
La epilepsia rolándica es el tipo de epilepsia de la infancia más 
frecuente. Se caracteriza por la aparición de crisis y un 
electroencefalograma (EEG) específico. Además, los niños con epilepsia 
presentan a menudo dificultad para leer e incapacidad de percibir 
sonidos del lenguaje. Los datos disponibles indican que existe un 
componente genético en la epilepsia rolándica asociado a cada uno de los
 fenotipos clínicos mencionados anteriormente.
El equipo del proyecto «Translational research in human epilepsies» (
TRHE),
 financiado con fondos europeos, investiga en profundidad la causa 
genética de la epilepsia rolándica. Para ello, estudiaron a familias 
voluntarias con técnicas genéticas a fin de estrechar el rango de 
variantes genéticas causantes de la epilepsia. Posteriormente, 
relacionaron esta información con los datos clínicos disponibles.
Se descubrió que el EEG específico está asociado a variantes en el 
gen ELP4 situado en el cromosoma 11 humano. Se observó que la dificultad
 para percibir los sonidos del lenguaje se debía a defectos en el 
comienzo de la sonoridad y la duración de las vocales.
Respecto a las dificultades en la lectura, se llevó a cabo un 
análisis de ligamiento a lo largo de todo el genoma con locus de la 
dislexia ya conocidos. A pesar de no identificar asociación alguna con 
estos locus, se detectó una nueva relación entre genes situados en los 
cromosomas 1 y 7 y la aparición de epilepsia rolándica. Los estudios 
genéticos realizados en las familias mostraron que la descendencia de 
personas con epilepsia presentaba mayor probabilidad de desarrollar 
déficit de atención y dificultades en el habla, lo cual corrobora con la
 presencia de un componente genético en esta enfermedad.
La investigación llevada a cabo en TRHE se amplió a otras epilepsias
 focales idiopáticas y permitió la identificación de mutaciones en el 
receptor NMDA de glutamato en los pacientes con epilepsia. Esta 
observación resultó interesante debido al papel del NMDA en la 
consolidación de la memoria dependiente del sueño y, por consiguiente, 
en el aprendizaje asociativo. Esta mutación y el hecho que los niños con
 epilepsia rolándica duermen treinta minutos menos que los sanos, 
proporcionan una clave causal sólida sobre el fenotipo de dificultad de 
aprendizaje presente en la epilepsia.
En conjunto, las mutaciones genéticas y las variaciones en el número
 de copias identificadas en el estudio TRHE sentarán las bases para 
futuras investigaciones sobre la implicación de vías moleculares clave 
en la epilepsia. Cabe destacar que estos resultados contribuirán al 
diseño de tratamientos terapéuticos dirigidos.