Vacunas terapéuticas dirigidas contra la enfermedad de Parkinson

Investigadores financiados con fondos europeos han puesto en marcha un ensayo clínico pionero que podría llegar a facilitar enormemente la vida de quienes padecen la enfermedad de Parkinson.

De resultar efectiva, lograría mejorar la calidad de vida de cientos de miles de personas, dado que la enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común entre los más mayores (solo en Europa la sufren cerca de 1,2 millones de personas). Aún no existe cura y las medidas terapéuticas disponibles abordan tan solo sus síntomas. Esta enfermedad suele manifestarse primero mediante síntomas no motores y progresa de forma lenta pero constante hasta debilitar enormemente al paciente.

A todo ello se suma la presión social y económica, que ejerce la necesidad de proporcionar asistencia sanitaria a los más mayores. Para 2025, más del 20 % de los europeos tendrá sesenta y cinco años de edad o más. El grupo de los mayores de ochenta años experimentará un crecimiento especialmente rápido. Este envejecimiento poblacional conllevará una mayor incidencia de afecciones físicas, sensoriales y mentales. Para que Europa pueda mantener bajo control su presupuesto sanitario y garantizar una calidad de vida adecuada a millones de sus ciudadanos será necesario dar solución a enfermedades como el Parkinson.

Este y no otro fue el objetivo del proyecto SYMPATH. Si bien las vacunas terapéuticas han recibido una buena dosis de atención por parte de la investigación científica dedicada a las afecciones neurodegenerativas, aún no se ha logrado trasladar ninguna a la práctica clínica.

Esta nueva vacuna fija su blanco en una proteína específica denominada alfa-sinucleína, que desempeña una función básica en la aparición y la progresión del Parkinson y en el síndrome de Shy-Drager. Este síndrome es de naturaleza neurodegenerativa y de evolución rápida y normalmente provoca la muerte en un plazo de nueve años. Se asocia con la degeneración de las células nerviosas en zonas concretas del encéfalo y provoca problemas relacionados con el movimiento y el equilibrio.

Los ensayos, aleatorizados y controlados con placebo, se ejecutarán en Viena e Innsbruck (Austria). Con ellos se garantizará la seguridad y la tolerabilidad de la vacuna. Los investigadores al cargo del estudio evaluarán además la actividad inmunológica y clínica de la vacuna en los pacientes.

SYMPATH se fundamenta en el hecho de que las vacunas poseen una relación entre el coste y la eficacia especialmente atractiva. Su tasa de protección suele ser alta, los efectos secundarios mínimos y su administración se limita a unas pocas ocasiones. La relación entre el coste y los beneficios médicos que proporcionan las vacunas terapéuticas es insuperable, por norma, con cualquier otro tipo de tratamiento de los desarrollados en la actualidad. El proyecto SYMPATH contribuirá así a cubrir las necesidades sanitarias de Europa y a aumentar la sostenibilidad de los sistemas de salud europeos.

El comienzo del ensayo clínico se produce tras haber transcurrido tan solo un año desde la puesta en marcha del consorcio de SYMPATH, lo que da una idea del grado tan elevado de cooperación alcanzado por los socios. El proyecto, activo hasta septiembre de 2017, recibió cerca de 6 millones de euros mediante el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea y la coordinación de su ambicioso programa científico corre a cargo de AFFiRiS, entidad sita en Viena (Austria). Sus socios son cinco universidades y tres pymes de toda Europa.

Para más información, consulte:

SYMPATH
http://www.sympath-project.eu/

publicado: 2015-01-27
Comentarios


Privacy Policy