De las células madre se dice que son la reserva natural del cuerpo. Tienen la capacidad única de producir copias tanto de sí mismas (autorrenovación) como de otros tipos de células más especializadas (diferenciación) cada vez que se dividen. Esto las hace fascinantes para los investigadores y las convierte en una herramienta muy poderosa en el tratamiento de una variedad de enfermedades, afecciones y lesiones. Sin embargo, la investigación con células madre no está exenta de críticas. Algunas áreas, como la investigación con células madre embrionarias en particular, generan polémica dentro y fuera de la comunidad científica. El debate sobre este tema es permanente.
La investigación con células madre ofrece una serie de aplicaciones, no
sólo la forma en la que las estamos usando ahora, sino también los
posibles usos futuros que los científicos todavía están estudiando. Por
ejemplo, mediante la observación de las células madre, los científicos
obtienen una mayor comprensión de lo que controla el desarrollo normal.
Esto puede ayudar en el tratamiento de enfermedades graves, como el
cáncer y los defectos congénitos, producidos por una división y
diferenciación celular anormales.
Las células madre también tienen la capacidad de sustituir a las
células dañadas y tratar diversas patologías. Ya se utilizan en el
tratamiento de quemaduras de consideración y para restaurar el sistema
sanguíneo en pacientes con leucemia y otras enfermedades de la sangre.
Si se consiguiera dirigirlas para que se diferencien en tipos de células
específicas, se podrían emplear para tratar enfermedades como el
Parkinson, accidentes cerebrovasculares, afecciones cardíacas y
diabetes.
La investigación con células madre tiene el potencial de contribuir a afrontar el reto social del programa Horizonte 2020 sobre
salud, cambio demográfico y bienestar.
Sin duda, puede desempeñar un papel importante para alcanzar los
objetivos de mejorar nuestra comprensión sobre las causas y los
mecanismos que determinan la salud, el envejecimiento saludable y la
enfermedad; y mejorar nuestra capacidad de vigilar la salud y prevenir,
detectar, tratar y gestionar las enfermedades.