La tuberculosis (TB) es una enfermedad
bacteriana infecciosa que afecta a los pulmones y que cada año se cobra
casi dos millones de muertes. La mayoría de ellas se concentra en las
regiones más pobres del mundo, donde el acceso a atención médica es muy
escaso. Se trata de una situación trágica habida cuenta de que esta es
una enfermedad prevenible y curable si se detecta y trata a tiempo.
Ciertamente, uno de los escollos para ello es la falta de
herramientas de diagnóstico que sean baratas, rápidas y precisas y que
puedan llegar hasta las poblaciones más pobres e incomunicadas del
mundo. Esto es lo que trata de remediar el proyecto financiado con
fondos europeos POCKET, aportando una solución intermedia que se sitúa
entre las pruebas más sofisticadas, precisas y costosas, y las pruebas
menos avanzadas, económicas y con precisión limitada.
Esta iniciativa emprendida en noviembre de 2013 ya tiene mucho
camino recorrido de cara a crear un análisis de orina de coste bajo que
ponga al alcance de todos la posibilidad de detectar la TB. Actualmente,
los investigadores de POCKET tratan de integrar varias tecnologías
novedosas. Estas son la nanofotónica (que versa sobre la interacción de
la luz con las sustancias a escala nanométrica) y ciertos anticuerpos
selectivos novedosos (que son unas proteínas empleadas por el sistema
inmunitario del organismo para reconocer y neutralizar las bacterias y
los virus).
A partir de estos trabajos, el equipo investigador creará una
herramienta capaz de detectar en la orina la presencia de anticuerpos de
la TB. La prueba de POCKET incluirá un sensor integrado en un chip de
nitruro de silicio, el cual ofrece un medio barato de detectar la
existencia de antígenos de la TB en la orina. No obstante, los
anticuerpos que hay que detectar varían según si la persona es portadora
o no del VIH, circunstancia que complica el procedimiento mucho más de
lo que podría parecer en principio.
Pese a ello, los investigadores tienen plena confianza en que serán
capaces de ofrecer pruebas con las que detectar en el acto la TB (con un
grado de precisión del 80 %) y que tendrán un coste de entre cinco y
diez euros por paciente. Este logro supondría una mejora significativa
con respecto a las opciones disponibles en la actualidad, cuya eficacia
en la detección de pacientes portadores de la TB es del 60 %.
Esta innovación podría traer consigo ventajas económicas nada
desdeñables. La tercera parte de la población del planeta tiene la TB en
estado latente, el cual podría cambiar, en cuyo caso la enfermedad
pasaría a estado activo. Además, la TB se ha erigido en la causa
primordial de defunción entre los seropositivos por VIH. La posibilidad
de realizar una prueba más económica en un estadio más temprano
rebajaría los costes sanitarios a largo plazo e incrementaría la
productividad. Esta enfermedad se cobra un número desesperante de vidas,
sobre todo considerando que puede tratarse.
La susodicha prueba tendría utilidad en cualquier zona del planeta.
Aunque la mayor parte de los casos de TB se registra en países en vías
de desarrollo, esta infección está resurgiendo en los principales
centros urbanos de Europa por efecto de la intensificación de los viajes
a escala mundial, situación que genera una grave preocupación en el
plano sanitario.
Durante el último año del proyecto se organizarán ensayos de campo
en África y la India. POCKET está programado hasta octubre de 2016, pero
se espera que su labor surta un efecto duradero en la sanidad.
Para más información, consulte:
POCKET
http://www.pocket-proj.eu/