Un nuevo análisis de sangre desarrollado por investigadores de la
Northwestern University (Estados Unidos) mide la concentración en sangre
de nueve moléculas de ARN distintas que, al parecer, varían
notablemente entre individuos sanos y aquellos con depresión. Science
informa de que, si bien al análisis aún le queda un largo camino por
recorrer hasta que se empiece a utilizar en el entorno clínico, sí que
supone la primera medición objetiva de una afección mental en adultos.
El análisis, descrito en un estudio publicado en la revista
Translational Psychiatry, se utilizó para diagnosticar la depresión en
un grupo reducido de gente con gran precisión y sus investigadores
confían en que se pueda utilizar de manera generalizada. En Newsweek se
informa de que, además de proporcionar un diagnóstico preciso de la
depresión, la técnica podría ser capaz de distinguir quién se
beneficiaría de una terapia de diálogo e incluso quién podría ser
vulnerable a esta patología.
Sus investigadores seleccionaron a treinta y dos pacientes
diagnosticados con trastornos de depresión profunda (MDD) y a otros
tantos sin depresión que ejercieron como grupo de control. Medical Daily
informa de que, tras dieciocho meses de terapia cognitiva del
comportamiento para los pacientes con depresión, el equipo de
investigación logró sacar a la luz varios marcadores y determinar cuáles
responden positivamente a la terapia al detectar cambios físicos en sus
análisis de sangre.
Tras el periodo de sesiones de terapia, el 40 % de los pacientes
salió de la depresión. Eva Redei, coautora del estudio, declaró a
Newsweek que resulta interesante que los pacientes que se recuperaron
posean una «huella» única manifestada según la concentración de ARN en
su sangre. Esto sugiere que el ensayo podría revelar quién se podría
beneficiar de este tipo de tratamiento.
En Medical Daily consideran que la objetividad del ensayo es todo un
progreso: «La depresión hoy en día sólo se diagnostica mediante varias
observaciones directas pero subjetivas por parte de un terapeuta acerca
del comportamiento y el ánimo del paciente y mediante descripciones de
vivencias y sentimientos narradas por el propio paciente. A través de un
análisis de sangre podrían detectarse distintos niveles de gravedad u
obtener indicaciones sobre el mejor tipo de tratamiento en función de
los distintos biomarcadores que aparezcan en la prueba».
En Newsweek, sin embargo, añaden una nota de precaución y recuerdan
que los resultados son preliminares y aún no están cerca de poder
utilizarse en la práctica médica. Además citan a Todd Essig, psicólogo
clínico de Nueva York, quien insiste en que el diagnóstico de la
depresión «a la antigua» mediante una entrevista funciona bastante bien y
sólo requiere entre diez y quince minutos.
Para más información, consulte:
http://europepmc.org/articles/pmc4150241