Descubrimientos recientes realizados en el 
marco del proyecto financiado con fondos europeos ENDOSTEM han abierto 
la puerta a una próxima capacidad de reparación de tejidos dañados 
mediante células madre, un logro que podría mejorar la calidad de vida 
de miles de personas.
Las células madre poseen la capacidad singular de autorrenovarse, 
esto es, producir una y otra vez con su división copias idénticas de sí 
mismas. Esta capacidad las diferencia de células especializadas, como 
las de la sangre, incapaces de multiplicarse por sí mismas y por tanto 
muy vulnerables a enfermedades o lesiones. Las células madre están 
presentes en casi cualquier tejido, pero en una proporción pequeña. En 
los músculos esqueléticos, por ejemplo, sólo suponen el 5 % del total de
 núcleos celulares.
Desde el proyecto ENDOSTEM, financiado por la Unión Europea con 
cerca de 12 millones de euros, se trató de dar con medios de estimular 
las células madre ubicadas en tejidos dañados para fomentar los procesos
 de autorreparación. Varios socios del proyecto identificaron la 
existencia de distintas células madre que coexisten en el músculo 
esquelético y que podrían suponer una fuente de células hasta ahora 
desconocida con utilidad en la regeneración de músculos distróficos.
Otro aspecto clave de la investigación ha sido el desarrollo de 
métodos con los que reproducir las señales fisiológicas que facilitan la
 movilización de las células madre. Ciertas moléculas como el óxido 
nítrico ponen en marcha la activación fisiológica de estas células para 
su posterior empleo en la reparación de tejidos dañados. El equipo de 
ENDOSTEM trabajó en la identificación de la señal necesaria y se aseguró
 de poder administrarla a la célula madre cuando se producen daños en el
 tejido.
Efectuaron además estudios preclínicos con compuestos concretos, dos
 de los cuales han pasado a la fase de ensayo clínico. Estos compuestos 
son la combinación de moléculas donantes de óxido nítrico con el 
antiinflamatorio ibuprofeno y Givinostat, un inhibidor de la histona 
deacetilasa. Un tercer estudio dedicado al antioxidante N-acetilcisteína
 ya ha llegado a su fin y se espera poner en marcha un ensayo clínico en
 pocos meses.
La investigación podría tener aplicación en enfermedades 
degenerativas comunes y en la distrofia muscular, término genérico que 
se refiere a un grupo de patologías genéticas que afectan a varios 
músculos del organismo y provocan un deterioro progresivo del tejido 
muscular que puede manifestarse en grado leve o grave. Todos los tipos 
de distrofia muscular se consideran raros, si bien en Europa existen 
decenas de miles de afectados.
El proyecto ha prestado especial atención a las células madre del 
corazón, un órgano que también puede verse afectado por esta enfermedad.
 Los investigadores del proyecto confían en obtener un conocimiento más 
profundo sobre el tratamiento de los efectos cardiacos de la distrofia 
muscular que pueda aplicarse a otras enfermedades cardiacas más comunes.
ENDOSTEM, de cinco años de duración, acabará a finales de 2014.
Source: UPMC/Inserm
Documentos de referencia: Basado en un comunicado de prensa de CORDIS Wire procedente de UPMC/Inserm, Francia